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lunes, agosto 04, 2008

RANQUIL LOS QUE VAN QUEDANDO EN EL CAMINO

Ranquil
los que van quedando en el camino
...

CONFLICTO CAMPESINO Y REPRESIÓN VIOLENTA EN EL VALLE DE LONQUIMAY (ALTO BIO-BIO) EN 1934
JOSE MANSILLA ALMONACID

...y yo he venido a buscar
la espantable verdad de 1934,
esa verdad siempre escamoteada
por la historia con esa manera
perfecta y frugal que ella administra
cuando es escrita por los caballeros,
sobre todo por los terratenientes.

Patricio Manns, Actas de Alto Bío-Bío


PRIMERA PARTE: OBJETIVO, MÉTODO Y ANTECEDENTES

Introducción:

En el invierno de 1934, miles de pequeños colonos campesinos fueron desalojados por la fuerza del fundo Ranquil, en el valle de Lonquimay, Alto Bío-Bío.
Los colonos que se vieron envueltos y fueron víctimas de una legalidad cruzada, que les despojaba de las tierras que habían ocupado y trabajado por años, se organizaron en forma espontánea, fragmentada y explosiva en defensa de la tierra. El gobierno de Arturo Alessandri envió tropas, aviones, para reprimirlos brutalmente.
Luego de algunas escaramuzas, fueron derrotados por la superioridad de fuerzas y armamentos. Los muertos fueron lanzados a los ríos, los colonos que aceptaron reubicarse fueron aventados a otros lugares inhóspitos, las mujeres violentadas, las familias fueron diezmadas y disgregadas. Las fuerzas militares apresaron a más de 450 campesinos pobres, los que amarrados a las cinchas de los caballos iniciaron un viaje a pie hasta la ciudad de Temuco, distante unos 300 kilómetros del lugar de los sucesos. Sólo llegaron con vida unos 40 prisioneros. Los otros quedaron muertos en los caminos.
El Estado aprovechó este alzamiento campesino aislado -de reivindicación de la propiedad de la tierra-, para levantar la imagen de una insurrección planificada y coordinada contra la Patria por agentes y agitadores internacionales e inició una feroz represión contra la oposición en las principales ciudades de Chile.
Luego de estos sucesos, el movimiento campesino chileno logró articularse, creando en 1935 la Liga Nacional de Defensa de los Campesinos Pobres, lo cual será el inicio de un poderosos movimiento campesino que fue un importante actor en todo el posterior proceso de la Reforma Agraria.

Metodología

Este texto es el resultado de una somera indagación al tema propuesto para destacar la masacre de campesinos que estremeció a Chile en junio-julio de 1934, junto al río Bío-Bío, el majestuoso río de nuestros antepasados entre araucarias y cumbres nevadas; como un aspecto relevante de la historia social chilena.
Estos sucesos están entrelazados por elementos referidos al problema del origen y tenencia de la tierra, la constitución de la gran propiedad territorial, la condición de actores sociales no hegemónicos, los dispositivos ideológicos y justificativos de la represión estatal en la construcción del país y las lecturas que de “estos fogonazos de la muerte” que sellan la legítima insurrección campesina de Ranquil hicieron posteriormente los campesinos organizados
[1]
Las interrogantes básicas que se tratan de responder y desarrollar en este pequeño ensayo es: ¿Cuál fue el origen y la causa del conflicto?, ¿Cómo se desarrolló el conflicto?, ¿Quiénes fueron los actores involucrados?, ¿Cuál fue la suerte de los vencidos?, ¿Cómo operó el aparato estatal en la represión de los comuneros de Ranquil? y ¿Sacó alguna lección el campesino chileno de esta masacre?.

Análisis bibliográfico
El material accesible a Ranquil, se encuentra:

a) En el reportaje y la crónica de la época: diarios y revistas; especialmente en el Diario Austral de la ciudad de Temuco y La Opinión, diario opositor a Alessandri.
El profesor Palacios señala que la prensa oficialista de la época hace una selección y secuencia de los acontecimientos para demostrar ante la opinión pública que la patria, la familia y la propiedad están en peligro; por lo que es necesario restablecer el orden y la seguridad, desdibujando la realidad, con lo que se construye una imagen que favorece a los hacendados, los pulperos y la acción represiva de la fuerza publica
[2].
b)La creación literaria, también se ha nutrido del suceso de Ranquil. Con gran fuerza narrativa ha descrito el escenario, las costumbres y tradiciones de los comuneros, sus dolores, alegrías y sueños. Denuncia el problema social y narra los sucesos. Sin embargo ha mistificado los hechos más que explicarlos: Tenemos la novela Ranquil de Reinaldo Lomboy; la obra teatral Los que van quedando en el camino de Isidora Aguirre y el ensayo Actas del Alto Bío-Bío de Patricio Manns.
c) También encontramos testimonios escritos por aquellos que pertenecen y defienden el modelo Democrático-Liberal. Abundan en detalles y antecedentes verificables documentalmente. Las explicaciones y análisis de estos reflejan su particular visión del mundo.
Es el caso de Germán Troncoso: Bío-Bío Sangriento, visión desde el punto de vista del carabinero; Harry Fahrenkrog
[3]: La verdad sobre la revuelta de Ranquil, que rescata la visión de los pulperos y colonos pudientes; René Peri Fagestrom: Sucesos del Alto Bío-Bío, quién nos ofrece una visión sesgada.
En las Historias compendiadas y/o generales relativas al siglo XX encontramos breves descripciones o citas sobre los acontecimientos de Ranquil. Es el caso de Gonzalo Vial que en su Historia de Chile en el Siglo XX subtitula un escueto artículo como: "La primera rebelión campesina de Chile tiene poco (o nada) de positivo: originada en una suicida temeridad comunista, derivó de ella una serie de crímenes vulgares, y fue aplastada por una feroz represión"
[4]
d) La huella de Ranquil ha quedado en numerosos y variados documentos (libros, periódicos, revistas, archivos, censos, catastros, fotografías, planos, mapas, etc. Estos documentos oficiales y privados (directos e indirectos), que se encuentran dispersos en diferentes instituciones no están catalogados, haciendo difícil su ubicación. Otros son documentos policiales o militares de casi nulo acceso. Es posible también que muchos papeles hayan sido destruidos. La información contenida en esta documentación permitirá que el estudio sobre los sucesos de Ranquil puedan ser profundizados.
e) Para el desarrollo de esta aproximación al tema utilizamos como texto guía la investigación del profesor Germán Palacios: Ranquil: La violencia en la expansión territorial de la Propiedad Agrícola, trabajo con el cual obtuvo su Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Arcis, en 1992.
Es, a nuestro, juicio el mayor aporte historiográfico que se ha hecho sobre el tema, y por supuesto, hacemos nuestra la visión que expone.
g) Teniendo nuestro trabajo la característica de Ensayo, o por decir mejor, un bosquejo de trabajo, con las limitaciones de páginas y de tiempo, no accedimos a todas las fuentes impresas. Por la misma razón de temporalidad no incorporamos todas las variables principales que sobre este tema pueden darse. Incluso es posible, por esta limitación objetiva, que al exponer este movimiento social nos quedemos atrapados en la masacre, o caigamos en histerologías.
En la parte final se adjunta la bibliografía efectivamente consultada.

Origen de la propiedad y la tenencia de la tierra

En relación a quién es el verdadero propietario de la tierra, si el hombre de que desde tiempos inmemoriales nació y vivió en ella comunitariamente; si el hombre pobre que se arrimó entre los aborígenes, levantó familia y laborándola con esfuerzo realizó su proyecto de vida campesina.
O ¿es propietario el capitalista citadino que exhortado por el mercado y la dinámica de su ganancia se apropia de tierras vírgenes y comunitarias para explotarlas?, ¿o es el político que sirviendo intereses administra los derechos, la legalidad y la fuerza pública, cuyo conjunto hace prevalecer sobre todo y "constituye la propiedad".
En respuesta a estas propias interrogantes, el historiador Gabriel Salazar señala que "La propiedad de la tierra -la relación permanente entre la sociedad humana y su propio suelo reproductivo- no ha sido una relación natural sino social"
[5]
El poderío del capital, unido, sumado e integrado al estado han tornado caduco y sin validez todo derecho natural sobre la tierra. Y poco o nada ha servido el reclamo de los pueblos indígenas o los campesinos autóctonos que fueron los primeros colonos o productores históricos[6]
En Chile, agrega Salazar "la propiedad se constituyó en, y formó parte del mismo proceso de constitución del capital y del estado. Por lo que no se ha reconocido jamás ninguna propiedad anterior al capital o al estado"[7].
La propiedad privada de la tierra se consolidó en Egipto hace unos 5,000 años. Destruida la igualdad jurídica, se instala un sistema de clases sociales y se establece un lazo jerárquico entre el propietario del suelo y los sin tierras que pasan a perpetuidad a convertirse en siervos
[8].
En Chile al igual que en América el fundamento jurídico de la apropiación de tierras por el conquistador está dada por la Bula Intercaetera del 03.05.1493 por la cual el Papa de la Iglesia Católica concedía y asignaba las tierras descubiertas al señorío perpetuo de la corona castellana
[9]. Así al dominio y adjudicación de alguna parte de estas tierras sólo se podía acceder mediante una merced real.
En Chile esta facultad estuvo radicada principalmente en los Cabildos y en el Gobernador, quienes repartieron tierras en representación de la corona. El título legal era "merced de tierra" y entregaba la tierra al agraciado en dominio perpetuo y por lo tanto podía efectuar con ella cualquier acto o acuerdo jurídico
[10].
Se suponía que las tierras otorgadas, estaban vacías o vacantes, sin dueño. Lo que de hecho desconocía el derecho natural de los moradores primitivos, para quienes la casi totalidad de las tierras eran de uso colectivo.
Los deslindes de estas propiedades eran vagos, sin precisar: un árbol grande, una roca, un cerro lejano, las altas cumbres de la cordillera. Por lo tanto casi siempre los mercedarios se apropiaban de los terrenos aledaños: las demasías, con lo cual aumentaba la superficie original del predio. De aquí surge el criterio de reconocer como derechos adquiridos la citada ocupación de hecho.
Para evitar que las grandes propiedades fueran divididas, se establece el mayorazgo; institución que permite pasar de una generación a otra toda la tierra a manos del hijo mayor, concentrando aún más la propiedad de la tierra.
Cuando Chile logra su independencia de España y obtiene su libertad política, no se emanciparon los inquilinos del valle central en su condición de hombres ligados a la tierra, ni tampoco desapareció el hacendado de su alta posición de señor de la hacienda. Tampoco se modificó la hacienda en su calidad de unidad económica.
Durante el siglo XIX, algunos intentos reformadores de la estructura agraria fueron siempre abortados o abandonados a poco de iniciarse, ya que la aristocracia terrateniente dominó buena parte de este siglo tanto el gobierno como el país y se opuso a los cambios en el agro y en las condiciones de los trabajadores agrícolas.
Promediando el siglo XIX se hicieron intentos de colonización en el sur de Chile, los que fueron seguidos por el avance en la zona de La Frontera para radicar colonos italianos, españoles, franceses y alemanes.
A la región fronteriza de la Araucanía se envían fuertes contingentes militares, especialmente después del término del conflicto de 1879 con Perú y Bolivia, con el propósito de incorporar nuevos territorios a la propiedad agrícola. Territorios que les fueron arrebatados a los mapuches quienes las habían mantenido por siglos. Estas tierras fueron ocupadas por casi seis mil colonos chilenos y extranjeros.
En 1866, el gobierno creó las reducciones indígenas, con el propósito de proteger a los aborígenes contra la usurpación de tierras. Sin embargo continuó la corrida de cercos y ocupación de terrenos de las cercanías de las reducciones.
Encontramos que mientras un sector social del país, desde la llegada del conquistador español, construye su identidad política, económica y social en torno a la gran propiedad de la tierra, otro sector ve disgregada su identidad en la medida que pierde la posesión de la tierra. El Estado actúa o sirve de aval en la guerra y la represión, en la usurpación y el despojo contra los que se resisten a abandonar sus tierras.
Así el desalojo que afectó a los colonos, los indígenas y campesinos en Ranquil, tenía como propósito terminar de constituir la gran propiedad agrícola en el valle de Lonquimay.
El siglo XX asoma en Chile con la estructura agraria consolidad en grandes haciendas, cuyos propietarios son los grandes actores de la superestructura política, económica y social del país. Estas haciendas que existen sin ser mayormente tocadas permite la existencia de una aristocracia terrateniente, que a través de la Sociedad Nacional de Agricultura sostiene una gran influencia en las esferas del Estado. Muchos de sus integrantes son parlamentarios y ministros. Desde esos cargos obstaculizan la organización campesina y obtienen granjerías para mantener un status favorable a sus intereses.
Este grupo de poder, basamentado en la producción agrícola y en la propiedad de la tierra, de la cual se ha ido apropiando a medida que las fronteras agrícolas se expanden ha generado una disgregación de la población y cultura mapuche, dando origen a una sociedad de campesinos pobres, dispersos, cerrada a los cambios, a una sociedad a la que permanentemente se les usurpan sus tierras. Como es el caso del cacique Maripe que pierde sus tierras y la vida en Ranquil.
Por último, encontramos que la vida del inquilino en las haciendas transcurre lánguida y tristemente, no puede ganar otro salario que no sea el que paga la hacienda; no puede trabajar para otros en su tiempo libre, al igual que su familia y, tampoco puede vender o comprar fuera de la propiedad. Debe recurrir a la pulpería del dueño o administrador de la hacienda donde es esquilmado al adquirir sus alimentos y vestuario.
(Bride, 1929)
En estas condiciones, la independencia económica, adquirir una pequeña parcela para ser propietario solo formaba parte de los sueños
[11].
_______

SEGUNDA PARTE: BAJO LOS CIELOS DE RANQUIL

El río Bío-Bío nace a los pies de los Andes, enfrente a la ciudad de Temuco. Desde allí corre de sur a norte alimentado por pequeños ríos que aumentan su cauce. El río y sus tributarios corren entre las cumbres nevadas formando valles ultramontanos, que durante el invierno quedan cerrados a los viajeros del gran valle central.
Uno de estos contrafuertes montañosos es la cordillera de las Raíces, que en su vertiente oriental forma el valle de Lonquimay.
Hacia la década de 1930 se asentaban allí algunos fundos: Rahue, 28.000 há, Chilpoco 18.000 há; Ranquil 37.000há; Lolco 46.000 há y Vilucura 60.000 há
[12].
A diferencia de la zona central, donde la propiedad está basada en títulos de dominio que se remontan a la Colonia, en la zona de La Frontera, el problema de la propiedad estaba, aún en 1934, bajo la precariedad de la posesión agrícola. Esto afectaba a toda la zona y especialmente en el valle de Lonquimay, provocando numerosos litigios y violentas disputas sobre los pretendientes a la tierra. Esta situación favoreció permanentemente a los poseedores de grandes extensiones de tierra, dispuestos siempre al despojo.

Orígenes del conflicto

Los orígenes de los sucesos de Ranquil, se remontan al año 1881, fecha en que se llegó a un advenimiento entre Chile y Argentina por la cuestión de límites, fijando los hitos fronterizos de acuerdo a la línea de las altas cumbres y la divisoria de las aguas. A consecuencia de ese tratado quedó el valle de Lonquimay en territorio chileno
[13].
Era entonces Ministro de Guerra Francisco Puelma Tupper, quien poseía una propiedad denominada San Ignacio de Pemehue, cuyos deslindes indicaban que por el oriente limitaba con la República Argentina
[14]
Sobre la base de sus títulos de dominio, y habiéndose extendido este limite hasta los nacimientos del rió Bío-Bío, Puelma reclamó todo el territorio que era chileno e hizo ocupación del suelo apropiándoselo para sí.
Sin embargo el convenio entre las dos repúblicas era de repatriar a los ciudadanos de ambos países que quedaban en territorio extranjero.
Estudiados los antecedentes, el gobierno chileno notificó a Puelma que tenia que hacer entrega de los terrenos ocupados, con el fin de radicar en ellos a los chilenos que a raíz del tratado habían quedado en suelo argentino. Como también a los antiguos pobladores del valle
[15]. De esta manera se colonizó el valle de Lonquimay. Los terrenos aptos para la colonización quedaban al sur de los fundos Rahue y Chilpoco. Los territorios al norte de estas líneas se arrendaron a Puelma por seis años, pasados los cuales la familia Puelma siguió ocupando estos terrenos, considerándose como propietaria.
El avance de la colonización en la zona de Frontera, y un constante movimiento de población, produjo un gran tráfico de tierras, dando como resultado el problema de la legitimidad de la propiedad austral. También este era el caso de algunas propiedades en la comuna de Rahue.
Para solucionar esta situación se creó el Ministerio de la Propiedad Austral, durante el gobierno de Carlos Ibáñez. El objetivo era legalizar los títulos de dominio. Para ello había que demostrar que se ocupaban los terrenos por mas de 10 años y que se habían introducido mejoras en las propiedades.

El Sindicato Agrícola de Lonquimay

La crisis mundial generalizada del capitalismo en 1929 afectó fuertemente a Chile. Los cesantes, las quiebras, la hambruna eran un problema generalizado. Los cesantes deambulaban por el territorio y muchos llegaron a establecerse al Alto Bío-Bío. El gobierno reabrió los lavaderos de oro e inicio la construcción del Túnel Las Raices. Ambas faenas presentaban condiciones de trabajo inhumanas y con remuneraciones muy bajas.
Arribó, buscando suertes, al Alto Bío-Bío Juan Leiva Tapia, un estudiante de Leyes que junto al pulpero Bruno Ackerman organizaron en 1929 el Sindicato Agrícola de Lonquimay. Formado el sindicato se empezaron a hacer trámites para legalizar los terrenos que poseían los colonos. Al mismo tiempo la familia Puelma estaba haciendo los trámites para sanear los títulos de acuerdo la Ley de Propiedad Austral.
El sindicato otorga en 1931 apoyo al candidato Montero, solicita la creación de escuelas en la zona y dirige pliegos de peticiones al Congreso. Incluso una delegación viaja a Santiago y se entrevista con el presidente Ibáñez, para tratar el problema de radicación de los colonos y campesinos pobres. Este acuerda una solución con los campesinos. Se demuestra con esto que el sindicato no conducía a una revuelta o sublevación de colonos y campesinos. Por el contrario buscaba una solución que se acerca más a la lucha reivindicativa por la vía legal.
El sindicato tenía una composición social muy heterogénea formada por colonos, indígenas, obreros del túnel Las Raíces y de los lavaderos de oro, pequeños comerciantes y empleados de las pulperías que pretendían acceder a la propiedad de tierra
[16]

La insoportable legalidad del despojo

Frente a la reclamación que la familia Puelma hizo de la propiedad de los territorios, el 14.08.1929, el Ministerio de Fomento por decreto 3871 les reconoció que los títulos y deslindes reclamados estaban conforme a derecho.
De esta manera los colonos repentinamente se encontraron con la noticia de que estos terrenos habían sido otorgados en propiedad a los herederos de la sucesión Puelma, que era la reclamante principal.
Se estudió un arreglo en acuerdo con la sucesión, pero los acontecimientos políticos del año 30 imposibilitaron su cumplimiento.
Se entró entonces, en un clima social inestable. Los colonos realizaban presiones, movilizaciones. El sindicato viajaba a Santiago para buscar soluciones. Así se obtuvo la suspensión del decreto 3871 y se dictó la resolución 265 del 27.03.1931 que reconocía los terrenos litigados como fiscales. Este decreto nombra una comisión que determinaría los deslindes originarios de la propiedad y además estudiaría la formación y ubicación de un pueblo, el cual se fundó mas tarde con el nombre de 23 de Enero y cuya acta de fundación fue posteriormente robada.
La Comisión en el terreno, verificó que los terrenos en litigio no estaban comprendidos dentro de los deslindes primitivos, que las escrituras de 1901 presentadas por la familia Puelma estaban con los deslindes originarios alterados. Este informe sirvió de base para dictar el decreto 1730 del 31 .7.1931, donde se expone la situación; pero a renglón seguido aplica la Ley de Propiedad Austral, que otorgaba facultades al Presidente para reconocer como válidos títulos de propiedad que comprobaran la posesión material del predio de 10 años anteriores a la fecha de reconocimiento por el Presidente.
Este último considerando del decreto 1730 del Ministerio de Tierras y Colonización es el que deja la posibilidad de fallar a favor de los hacendados, para posteriormente proceder al desalojo.
También se dispuso que de los terrenos reconocidos a Francisco Vial, se dejaran 30.000 há para radicar definitivamente a los colonos. Por la fecha se otorgó validez a los títulos del fundo Guayalí con una reserva de 4.000 há para los colonos.
La ley estipulaba un plazo de seis meses para interponer reclamos al fallo. Como no hubo reclamos los comuneros estimaron que esos terrenos eran fiscales y no de Francisco Vial.
En julio de 1930 se comenzó a radicar a los colonos. Pero como se dijo los hechos políticos frenaron la gestión. Los colonos siguieron movilizándose. Al mismo tiempo los grandes propietarios, Bunster y Puelma Castillo comenzaron a correr los cercos, periódicamente se expulsaba de los fundos a pequeños grupos de ocupantes de tierras, otros eran implacablemente perseguidos y algunos mas rebeldes eran asesinados.
En 1932 en un pliego dirigido al Senado, el sindicato pide que no se innove respecto de los terrenos fiscales, que se hagan las demarcaciones y parcelaciones definitivas, que se cumpla la expropiación de las 4.000 há del fundo Guayalí y que se investigue la desaparición del acta de fundación del Pueblo 23 de Enero, acto realizado para desconocer la entrega de terrenos fiscales; y que se suspenda la persecución y lanzamiento de colonos
[17]. Esta vez no hubo respuesta. Porque con Alessandri en el poder se favorece a los hacendados para reiniciar gestiones que permitieron derogar los decretos firmados por Ibáñez; y logran que se emita un segundo dictamen que restablece en toda su integridad el decreto 3871 de 1929 y se declaran ilegales los actos posteriores[18]. La sentencia de muerte para los comuneros de Ranquil esta sellada con esta resolución. Sobre esta triquiñuela legal se procedió al ilegal desalojo masivo y definitivo de los primeros ocupantes de estas tierras, de los inquilinos que tenían derecho a la tierra y los indios que vivían en sus reducciones cada día mas estrechas.

TERCERA PARTE: DESALOJO Y RESISTENCIA

En el verano de 1934 una comisión apoyada por la “acción persuasiva” de carabineros, comenzó a trasladar a los colonos sin distinción si estaban o no radicados, desde terrenos fértiles a los cajones cordilleranos, risqueríos que solo eran habitables en verano
[19].
Los lotes asignados no eran más que campos baldíos. Tuvieron que construir rancherías para albergarse. Muchos no tuvieron tiempo de recoger sus cosechas. Los pastos escaseaban, la nieve terminó de matar los escasos hatos de ganado. Esta situación llevó a los colonos a la desesperación
[20]. También en Guayalí los colonos fueron arrinconados a lugares inhóspitos.

El desalojo y la Resistencia

Desde un comienzo y a pesar de las numerosas publicaciones de la prensa, el gobierno aparece negando el lanzamiento.
El primero en denunciar a través de telegramas al Presidente de la República del despojo fue el diputado Huenchullan
[21]. Se hicieron gestiones para que el estado comprara el fundo Guayalí por medio de la Caja de Colonización, pero Gobierno y terratenientes estaba sordos.
El testimonio de una sobreviviente de Ranquil doña Clementina Sagredo dice: “En abril de 1934 fuimos lanzados junto con 63 familias desde Nitrito donde vivíamos tranquilamente cultivando nuestras tierras, pero el señor Vial consiguió lanzarnos con la fuerza publica y nos dejó sin un palmo de terreno y en medio de unos riscos en la cordillera”
[22].
Las órdenes del desalojo fueron impartidas a través del Ministerio del Interior y ejecutadas por el Intendente de Cautín. No se ha podido establecer que hubiera orden de un juez competente.
El desalojo produjo una dispersión de los colonos en el valle; otros se fueron a Santa Bárbara, y por ultimo muchos aceptaron una parcelita d 30 a 40 ha. en los roqueríos de Llanquen.
Sin embargo surgió una resistencia espontánea, un estallido de campesinos esquilmados durante siglos que acababan de quitarles sus pobres y magras tierras
[23].
La resistencia como una forma de no aceptar abandonar sus tierras y pertenencias; el no querer ser lanzados a los caminos, que tampoco eran de ellos, no dejar quemar sus casas, no aceptar el atropello a sus familias, fue lo que motivó la defensa de la tierra en el valle de Lonquimay. Se unieron colonos pobres, campesinos, gente de los lavaderos de oro, obreros del túnel Las Raíces, indígenas de Ralco, como el cacique Ignacio Maripe. Sin casa, con el frío y el hambre acosándolos, asaltaron las pulperías, lo que fue hecho por grupos aislados.
De inmediato, la prensa estatal construye un supuesto plan revolucionario a nivel nacional que contemplaba el alzamiento de Ranquil. Se acusa a los rebeldes de asesinar a latifundistas, los cuales días después aparecen vivos dando entrevistas en la ciudad de Victoria, El camino para la represión estaba constituido.

Represión y cárcel

La resistencia espontánea de no dejarse despojar de sus tierras, ranchos, por último de sus pertenencias personales, produjo el mas grande operativo represivo que el país conociera a esa fecha. Aparte del contingente local de carabineros, Guardia Civil, 300 carabineros abandonaron Santiago entre las sombras de la noche en un tren especial que salió de la Estación Central a las 3:15 de la madrugada para cercar “a los facciosos del Alto Bío-Bío”.
Por otro lado se implementó un operativo de apoyo aéreo para observación y apoyo logístico. También la patronal constituyó Guardias Blancas para defender sus fundos, y ciudades, fuera de Ranquil. La prensa que en un comienzo escribía sobre el desalojo, cambió su lenguaje y los comuneros eran ahora: salteadores, ladrones, gente sin ley, luego se transforman en revoltosos, sediciosos, rebeldes, resistencia armada, insurrección armada.
Constituidos en Lonquimay, Temuco y Santa Fé, los carabineros, más los llegados de la capital, la Guardia Civil, se lanzaron hacia el valle cordillerano a reducir a los campesinos, que desconociendo las tácticas policíaco-militares, fueron atrapados entre dos fuegos con las fuerzas al mando del Comandante Delano Soruco.
Se produjeron escaramuzas en Nitrito y el 2 de julio de 1934 en el Puente de Ranquil, unos 200 campesinos se enfrentaron con una caballería compuesta de unos 10 jinetes armados con garrotes a las balas de cientos de carabinas.
Aquí no hubo enfrentamientos, sólo una sangrienta persecución de campesinos, los que corriendo por las llanuras y el silencio de los cerros, vieron apagados sus sueños bajo los cielos de Ranquil.
Más de 60 campesinos fueron muertos y arrojados a los ríos, allanadas las casas, violentadas las mujeres, pateadas las embarazadas, y los indios torturados hasta la muerte: “Era una cacería que no terminaba nunca”.
Unos 450 campesinos fueron apresados y llevados atados a Temuco, caminando descalzos por senderos cubiertos de nieve. Cada cierto trecho sacaban unos presos de la columna y partían con los policías. “Se despedían de nosotros con una mirada triste”. Luego los policías regresaban solos. Después de asesinarlos fríamente, los echaban al Bío-Bío o quedaban expuestos en los caminos; las aves carroñeras terminaban por blanquear los despojos, de los que iban quedando en el camino.
El senador Juan Pradenas refiriéndose a la desaparición de prisioneros en Ranquil en la sesión del 24 de agosto de 1934 en el Senado dijo:
“De estas 500 personas prisioneras tomadas por las fuerzas del comandante Delano Soruco, llegaron 32 detenidos a Temuco.
¿Dónde están los demás señor Presidente?”
[24]
A partir de la situación concreta que es Ranquil, se produce una represión generalizada, lejos del valle de Lonquimay.
Ahora ya no se reprime solo a colonos pobres, sino que se trata de reprimir el conjunto del movimiento sindical de la época.
En Lota se detienen dirigentes sindicales, acusados de subversivos. En San Felipe son detenidos algunos comunistas que repartían proclamas incendiarias, Se allana el Local de la FOCH en momentos que se efectuaba un congreso y se llevan detenidos a 300 delegados, Se allana y destruye el diario La Opinión, se ordena la detención de Elias Lafferte y Contreras Labarca, de paso se reprime a los estudiantes. Se allana el local de la Caja de Seguro Obligatorio; los detectives entran unos extraños paquetes y luego retornan más tarde para allanar de nuevo encontrando armas y 10000 estoques que resultaron ser el fierro que se usaba en la construcción del 2° piso del edificio.
Junto a esto el Gobierno levanta la acusación de la existencia de un complot dirigido por Moscú.
Se destinó un juez para investigar los sucesos de Ranquil. Cuando comenzó a realizar las indagaciones sobre los hechos y aparecer la verdad de lo ocurrido, el Gobierno dictó una ley de amnistía general de todos los actores involucrados, con lo cual un manto de encubrimiento, selló los sucesos.
Sin embargo, el recuerdo de la masacre de Ranquil, sostenido como memoria emblemática por el movimiento campesino, impulsara las nuevas luchas reivindicativas en el futuro. Ya en 1935 se organiza la Liga Nacional de defensa de los Campesino Pobres.

CONCLUSIONES

De lo que he concluido de las lecturas de los textos, y mi primer contacto con el tema, (exceptuando el texto del profesor Palacios) es que Ranquil se inserta en la historia solo como una narración de los sucesos, lectura histórica que esta presentada desde el punto de vista del vencedor.
En este caso la clase dominante y el aparato represor estatal.
Estos relatos son capaces de distorsionar la realidad ya que todo lo que no obedece al orden establecido queda marginado.
Se constata, una vez más, que la violencia y el despojo han sido una constante para constituir la propiedad territorial.
En Ranquil el desalojo es sistemáticamente negado por el Estado, aunque se tenía conocimiento de él.
La resistencia de los colonos y su organización fue incapaz de enfrentar la represión,
En la represión no solo actúan las fuerzas del orden sino también civiles organizados por empleados estatales.
La represión, que termina en masacre, cacería y desaparición de prisioneros provocó una disgregación de la población en el Alto Bío-Bío.
De los relatos e informaciones en los diarios se nota la influencia que este relato ejerce en la opinión pública.
La protesta de los campesinos se la identifica como una estrategia de subversión mandada desde el exterior
La clase dominante, los terratenientes reclaman para que el estado termine con los subversivos
La solicitud es encadenada por el derecho a la propiedad, se acusa a los comuneros de marxistas, se le pide a la autoridad que defienda la familia, la libertad y la democracia.
Se usa la represión actuando en nombre del bien común
La violencia de los grupos dominantes, del Estado, es considerada casual, coyuntural, por lo tanto no se investigan los hechos.

BIBLIOGRAFIA:

Obras Generales;

Jorge Mc Bride: Chile, su tierra y su gente. Santiago ICIRA 2ª edición. (1934)
Luis Vitale; Las rebeliones de los primeros movimientos sociales de la historia hasta el siglo XVI En:
www.manzinger.cl

Sobre Ranquil:
Harry Fahrenkrog: La verdad sobre la revuelta de Ranquil. Edit. Universitaria Santiago 1985
Patricio Manns: Actas del Alto Bío-Bío edit. Meridión 2ª edic. Santiago, 1988
Reinaldo Lomboy; Ranquil edit. Orbe 4ª edic, 1958
Isidora Aguirre: Los que van quedando en el camino, impr. Müller Santiago 1970
José Vega D. Años de lucha Impr. Horizonte Santiago 1962
Arturo Huenchullan: Los sucesos del Alto Bio-Bio y el diputado Huenchullan. Impr. Selecta Santiago 1934
German Palacios: Ranquil: La violencia en la expansión de la propiedad agrícola. Ediciones ICAL Santiago 1992.
Reinaldo Morales: ¿La historia vuelve a repetirse? Relato de la matanza de campesinos e indígenas en Ranquil. Sitio web
NOTAS

[1] Cfr. Germán Palacios: Ranquil la violencia en la expansión de la propiedad agrícola Santiago, 1992.
[2] Palacios: Op. Cit. p. 9
[3] Tuve la oportunidad de trabajar con un descendiente directo del Señor Fahrenkrog y conocer lo que se recuerda de los hechos en la tradición familiar
[4] Gonzalo Vial: Historia de Chile en el Siglo XX, Santiago 2003 p. 189
[5] Gabriel Salazar en el prólogo de Ranquil, La violencia.... de G. Palacios p. 3
[6] Ib. p. 4
[7] Ib. ídem
[8] Luis Vitale: Las rebeliones de los primeros movimientos sociales de la historia hasta el siglo XVI. Avance de investigación. En la web: www. Mazinger.cl
[9] José Mansilla: Notas sobre el origen de la propiedad territorial en Chiloé Septentrional. Revista Cuadernos de Caicaén Nº 6 Calbuco 2003.
[10] Ib. Idem
[11] Palacios: Ranquil....p. 47
[12] Harry Fahrenkrog: La verdad sobre la revuelta de Ranquil. p. 21
[13] Fahrenkrog: op. cit. p. 18
[14] Ib. p.20
[15] Ib. p.21
[16] Palacios op. cit. p.64
[17] Palacios p. 70
[18] ídem p. 71
[19] ib. ídem
[20] Fahrenkrog. Op cit. p. 39
[21] Los Sucesos del Alto Bío-Bío y el diputado Huenchullan
[22] Citado por Palacios p. 73
[23] Elias Laferte: Vidas Ilustres 1971 p. 276
[24] José Vega Díaz, Años de Lucha 1962

viernes, julio 11, 2008

CALBUCO EN 1900

NUESTRA CUNA[1]

Por Don Belisario Goicolea (Atribuido)

Así como un gran estadista de nuestro país levantara su voz en la Cámara de Diputados parta manifestar lleno de júbilo que su cuna política era Carelmapu, así también nosotros, ¿porqué no hemos de manifestar en estas columnas que Calbuco es nuestra Cuna?.

I ya que esto hacemos, sin petulancia i sin orgullo, cumpliendo sólo con un natural deber, vamos a dar nuestros lectores de afuera, una idea compendiada de lo que es en sí el humilde lugar de nuestro nacimiento.

Calbuco, es una isla del departamento de Carelmapu, en la provincia de Llanquihue.

Está situada a corta distancia del continente, i separada a la vez por el estrecho i bellísimo canal de Punta Blanca. Sus cumbres i praderas, están casi cubiertas de una vegetación variada i caprichosa, encontrándose de trecho en trecho, un tupido ramaje de murtas, que la rodean con simetría muchísimos i frondosos avellanos.

Existe en esta isla, un pueblo de regular caserío en el cual vive i se desarrolla un activo i floreciente comercio de más de medio millón de pesos anuales, i, en cuyo centro comercial de envidiable crédito i labor, están radicadas las oficinas de todas las principales autoridades del departamento.

Embellecen al pueblo, varios edificios de elegante construcción, entre estos; figura en primera línea el que sirve de abrigo a nuestra imprenta i el que está dedicado para la enseñanza superior primaria.

En el centro del pueblo, existe un buen hotel, i frente de la iglesia parroquial tenemos una plaza espaciosa a quince metros sobre el nivel del mar, que tiene un dominio encantador sobre la bahía i sobre las preciosas islas que se ven al frente, meciéndose entre ellas, placentera i orgullosa, la antigua Chaullín, que, con sus playas de blanco cascajo, sus abundantes maquis i su flora de variado matiz forma por decirlo así, una belleza que hace más bella su elegante morada con sus mil plantas frutales, sus avenidas y sus pavos reales.

Con justísima razón, a esta isla de los paseos i encantos –que en el instrumento de compraventa se titula Helvecia- han dado en llamarla, primorosa perla del Sur.

Tiene la isla de Calbuco, tres puertos o atracaderos. Uno al norte, otro al sur, i otro al oeste, que sirven de resguardo seguro i suave varadero, a toda clase de embarcaciones cualquiera que sea su porte o calado, sin que cause a sus dueños o armadores ningún sacrificio o desembolso.

En el puerto del norte, que dista poco del apostadero Punta-Blanca, se ven quincenalmente uno o dos buques que, cual blancos cisnes se señorean en las tranquilas aguas de este estrecho.

Sus palos parecen hacer competencia con su elevación, a los pilares del telégrafo, esa elevada línea de alambre que luce colgada como cinta de unión a mas de cincuenta metros de altura, para llevar i traer la continua palabra que justifica nuestro envidiable progreso, sin que se altere siquiera de las improvisadas lesiones que las perillas de los mástiles suelen causarle.

El puerto sur, que casi tiene la forma de una ancha U, no tiene corrientes perjudiciales, i puede contener hasta cuatro buques a la distancia de cuarenta metros uno de otro i a cincuenta de la mas alta marea.

En este lugar, que se llama la Vega, se está formando un pueblecito que se une con el de Calbuco por una avenida bastante traficable.

La Vega es en el verano, el paseo predilecto para los de a pie, i allí, después de pasar el arroyuelo Buta-co, se encuentra con una lucida Estancia con árboles frutales i plantas exóticas, que dan vida i esplendor a un hermoso jardín de exquisita simetría.

Aquí, existe también, un buen comercio de maderas surtidas a cambio de dinero i mercaderías.

Tenemos, así mismo el puerto del este, que sirve de fondeadero a los vapores que hacen la carrera semanal, a cuyos costados atracan más de veinte embarcaciones de distintos tipos i tamaños para sacar la carga que nos viene del norte, i los equipajes de pasajeros que nos visitan con tanta frecuencia.

Existen también en Calbuco, o sea en el departamento de Carelmapu, varias máquinas de aserrar madera, algunas fábricas de cerveza, escobas i conservas de frutas, peces i mariscos, i un buen número de talleres de curtiduría, cestería, zapatería, herrería, carpintería, i sastrería, excelentemente montados i bien dirijidos, de donde encuentran trabajo diario, i a buen jornal, un gran número de hombres, mujeres i niños.

Tenemos en fin, grandes i espaciosas bodegas o depósitos de madera i leña de diferentes clases i dimensiones, i una variada provisión de artículos de consumo diario.

Par probar nuestro aserto, sobre el valor del comercio vamos a copiar en seguida, los datos que hemos adquirido de personas dignas de crédito.

Se han cargado i despachado para el norte de Chile i costa del Perú en el año próximo pasado, 26 buques de vela con un valor total de 208,000$ i en los 48 vapores que salen para el norte, sin contar con las 50 salidas del “Pudeto” que hace la carrera en todo el archipiélago, 96,000$. En letras de cambio contra bancos i casas comerciales, 29,214$. En jiros postales, 165,000$. En productos, elaborados, como ser conservas de ave, pescado, cordero, chancho, vaca, i marisco, 18,748$. I en varios otros productos, como por ejemplo, gallinas, papas, huevos, ostras, & 7.102$ que todos suman el total de 523,748$, cantidad sumamente crecida si se compara con el movimiento de otros pueblos de su categoría.

Adelante, pues, Calbuco, ¡Adelante!


[1] Artículo publicado en el Diario EL SOL de Calbuco el 21.07 1900 p.3. El Sol era propiedad de don Emilio Schmidt y oficiaba de Redactor el destacado hombre público don Belisario Goicolea a quien -previo análisis de otros artículos escritos por él- atribuimos estas notas.

miércoles, junio 25, 2008

SALVADOR ALLENDE EN CALBUCO

DON SALVADOR ALLENDE EN CALBUCO EN 1964

“Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.”

SALVADOR ALLENDE

El 26 de junio se cumple el centenario del nacimiento de Don Salvador Allende, el Presidente de los Trabajadores. Improntado está su nombre en la Historia de Chile. También forma parte del imaginario de millones en el mundo contemporáneo que aspiran mayor igualdad, equidad, justicia, democracia. Valores que emergen con fuerza en el Chile de hoy, con tan grandes desigualdades producidas por la voracidad empresarial de un modelo económico que fue impuesto con la complicidad de aquellos que jurándole lealtad, lo traicionaron, modelo, que aquellos que fueron sus seguidores hoy siguen adminstrando, coludiéndose con un facismo solapado que comienza a atrincherarse en espacios claves, como la educación por ejemplo, y que está volviendo a asomar su cara en la patria de Allende.

El Presidente Allende fue un gran demócrata, respetuoso de la ley y la Constitución. Murió proclamando su lealtad al pueblo. En su último discurso dice:

“Trabajadores de mi Patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley". Y así lo hizo. Sus palabras, sus pensamientos, sus luchas, sus anhelos tienen plena vigencia hoy. Y desde el fondo de la Historia regresan esas esperanzas una y otra vez para darnos aliento por dias mejores.

El Compañero Presidente visitó Calbuco en 1964 en el marco de su candidatura presidencial. Los médicos Señor Carlos Yurac y Señora Gloria Romero, recuerdan así su paso por Calbuco en el extraordinario libro: “Calbuco, Castro y Quellón 1962 – 1973. Memoria y Salud en la XII Zona”, cuyos párrafos nos aventuramos a transcribir.

Del texto aludido, en sus páginas 43-44 leemos:

“La visita del candidato presidencial Dr. Salvador Allende ocurrió, de acuerdo al testimonio de la Dra. Gloria Romero:

...en el verano de 1964 venía una comitiva del FRAP, venía Aniceto Rodríguez, médicos de Puerto Montt, el Dr. Jorge Valenzuela. Estábamos trabajando en el Hospital de Emergencia, todo el mun­do sabía que nosotros estábamos por la causa de Allende. Vivía­mos al lado de la Sra. Violeta Wistuba y ya se empezaba a usar esto de poner la foto del candidato y nosotros pusimos la foto de Allende, eso era raro, porque Calbuco era un reducto de derecha. Estábamos trabajando ese día, nos avisaron que estaba Salvador Allende haciendo su discurso en el Teatro La Bomba. Después de terminar nuestra labor, nos fuimos al teatro, junto con toda la gente. Pasó lo siguiente, que alguien le dijo al candidato que los médicos estaban presentes, y entonces al mencionarnos el teatro se vino abajo aplaudiendo, cosa que a nosotros nos impresionó. Allende le indicó a algún acompañante que le dijera al Dr. Yurac y a su esposa que subieran al escenario, cosa que no hicimos. El acto terminó tardísimo, como a las cuatro de la tarde, todo el mundo estaba muerto de hambre... la comitiva bajaba por calle Goycolea, íbamos hombro con hombro con Allende y su esposa. La Tencha se interesó mucho por nosotros. Me acuerdo que se acercó a mí, me tomó del brazo y me dijo: ¿dónde podríamos ir a comer un sándwich? Porque después tenían que ir a Maullín. Yo le dije, mire Tencha aquí es muy difícil, aquí no hay restaurantes, menos a esta hora, pero los invi­to a mi casa, que queda ­al otro lado del canal. Yo me atreví a hacerlo porque el día anterior habíamos tenido un abundante y bien regado curanto. La Tencha me dice, pero so­mos muchos, como cuarenta. No importa, vamos a la casa. Y yo bueno, encantada, porque teníamos unos peroles de mariscos, porque ese curanto lo habíamos hecho para el Dr. Augusto Courbis, Director del Hospital de Frutillar, a quien habíamos aga­sajado en agradecimiento de la atención del parto de Miroslav.

"Ya, me dice Tencha, pero con todos. ¡Por supuesto, con to­dos! La casa era enorme, teníamos dos nanas. Cuando empiezan a entrar, yo voy donde mi vecina, Violeta Wistuba, ella nuestra bue­na amiga era de derecha y tenía un póster de Frei en su ventana y le digo: ¿qué le parece que Ud. me preste su nana para que me ayu­de?, tenemos de invitados a Salvador Allende y a su comitiva. ¡Cla­ro! me dice, no se preocupe, yo se la mando. Pasan todos, los peroles estaban listos. La verdad es que la mesa parecía preparada para un banquete. A1 ratito llega la nana, con un vestido llena de miriñaques, y me envía la Sra. Violeta unos kúchenes para el postre, exquisitos. Y cuando llega la comitiva, porque yo me adelanté, había que pa­sar en bote, tuve tiempo para poner manteles, abrir tarros de con­servas. Cuando aparece toda esta gente, nadie podía creer que era improvisado y se mataban de la risa, decían aprovechen de comen porque si sale el Dr. Allende, no van a tener qué comer. Llegó Allende y lo primero que hizo fue pasar a la cocina y saludar de mano a las nanas: ¿saben quién soy yo? Soy Salvador Allende, futuro presidente de Chile".

Tomado del libro “Calbuco, Castro y Quellón 1962 – 1973. Memoria y Salud en la XII Zona” de Yuri Carvajal, Jorge Minguell, Homero Vásquez, Carlos Yurac. Santiago 2007 pp. 43-44

jueves, junio 19, 2008

LA MAGICA NOCHE DE SAN JUAN EN CALBUCO


LA MAGICA NOCHE DE SAN JUAN EN CALBUCO[1]

UNIDAD DIDÁCTICA

Preparada por Conjunto Folclórico CAICAVILU




PLAN DE LA CLASE

TEMA: “Calbuco y la fiesta onomástico-religiosa de San Juan”
TIEMPO: Dos periodos de clase = 90 minutos
NIVEL: Es adaptable tanto a nivel básico (desde 5º a 8º) como a nivel medio.
OBJETIVO TERMNAL: Identificar y explicar algunos de los diferentes aspectos que conlleva la celebración de la fiesta onomástica de San Juan en la zona de Calbuco y el archipiélago chilote.

OBJETIVOS OPERACIONALES

· Al término de la clase los alumnos serán capaces de:
1.- Explicar en que consiste la novena de San Juan y que es el “remate”
2.- Nombrar algunos de los elementos de la gastronomía típica de la celebración de San Juan y describirlos (reitimiento, yoco, chopón, bebidas típicas, etc.)
3.- nombrar los 3 aspectos que conforman lo mágico de la Noche de san Juan (pruebas, entierros, creencias) y explicar un elemento de cada uno de ellos.

CONTENIDOS

- La novena de San Juan
- Gastronomía típica de San Juan: comidas y bebidas
- Magia de la Noche de San Juan: Pruebas, entierros, creencias.

MATERIALES
Los materiales a emplear, aparte del lógico uso del pizarrón y la tiza, o sus sustitutos; serán: mapas. fotografías, papel, tijeras, tinta, gotario, cuadernos, diapositivas, videos, folletos alusivos a la tradicional Noche de San Juan que se realiza en el Archipiélago de Calbuco.

ACTIVIDADES

- Observan mapa de la Región de Los Lagos, ubican en él la provincia de Llanquihue y luego Calbuco.
- Observan mapa de la Comuna de Calbuco, ubican una isla o lugar y lo nombran
- Observan fotografías de Calbuco (Se puede usar PC)
- Escuchan exposición oral acerca de Caicavilú y Tentenvilú
- Escuchan exposición oral acerca de la Novena de San Juan
- Anotan los aspectos mas relevantes de la novena.
- Escuchan exposición oral mientras observan fotografías y/o video de un carneo de chancho.
- Toman apuntes de las comidas y bebidas típicas.
- Escuchan explicación de cada una de ellas poniendo especial interés en el yoco y el chopón.
- Realizan la prueba de los papelitos con tinta
- Escuchan explicación de otras pruebas, especialmente la de las papas.
- Anotan nombres de otras pruebas
- Escuchan exposición oral acerca de los entierros
- Expresan plásticamente lo escuchado
- Escuchan explicación de alguna de las creencias de la Noche de San Juan. Por ejemplo: El veranito de San Juan, el agüita de San Juan, el baile del chopón, el llamado de San Juan.

EVALUACION

Durante todo el desarrollo de la clase se irán realizando preguntas específicas relacionadas con los temas comentados, las que los alumnos contestarán en forma oral.
Al finalizar la exposición del tema se realizarán preguntas que serán también contestadas en forma oral.
Se hará también un comentario de todo lo expuesto, solicitándole a los alumnos que comenten algunas creencias o costumbres de su zona.
Finalmente se mostrarán algunas diapositivas o video.

CONJUNTO FOLCLORICO “CAICAVILÚ”

DESARROLLO DE CONTENIDOS DEL TEMA
“CALBUCO Y LA FIESTA ONOMÁSTICA - RELIGIOSA DE SAN JUAN”


1.-Calbuco, fundación y ubicación geográfica

Calbuco, voz aborigen que en mapudungun significa agua azul. Poblado fundado por el capitán segoviano Francisco Hernández Ortiz-Pizarro en mayo de 1603, cuando los españoles huyeron hacia el sur por la devastación de Osorno a manos de los aborígenes sublevados contra los conquistadores españoles.
La actual Comuna de Calbuco se sitúa al sur del Estuario de Reloncaví y comprende administrativamente un grupo de 14 islas (antiguamente estaban incluidas, Tenglo y Maillen) y parte del continente hasta el término de la provincia de Llanquihue por el sur, en el canal de Chacao. La ciudad se ubica a 58 kilómetros al sur oeste de Puerto Montt.

2.- Caicaivilú – Tentenvilú:

Caicaivilú: diosa de las inmensidades del mar, en la mitología chilota. Enemiga de la vida terrenal
Tentenvilú: diosa protectora de la vida terrenal
Caicai y Tenten los dos opuestos de la mitología chilota, se representan por dos grandes serpientes. Los antiguos habitantes de Chiloé, región a la cual está vinculado Calbuco histórica y culturalmente, vivían preocupados de que en cualquier momento despertara el espíritu de las profundidades del mar, la serpiente Caicaivilú e inundara las tierras para destruir todo lo que en ella habitara, e incorporarlo a sus dominios. Esto ocurrió un día y el espíritu de las aguas envió torrenciales lluvias que inundaban las tierras bajas y todo ser viviente que era atrapado por las aguas era convertido en alguna especie marina. Viendo esto el espíritu del bien, la serpiente Tentenvilú, se enfrentó a su enemiga, produciéndose entre ellas una descomunal lucha de poderes. A la inundación de Caicaivilú, Tentenvilú elevaba las tierras para salvar de este modo a sus moradores. Esta lucha se mantuvo por muchos días hasta que, no pudiendo vencerse deciden terminar con el enfrentamiento quedando grandes extensiones de tierra sumergidas y las otras tierras que afloraban de las aguas formaban las islas que hasta nuestros días pueblan los archipiélagos.

3.- Festividad de San Juan (24 de junio)

3.1.- Novenas: En algunas casas de familia de la zona se realizan novenas que terminan el día de San Juan. Estas novenas se hacen en memoria de un familiar difunto que haya llevado el nombre del santo bautista.

La novena consiste en 9 noches seguidas de rezo en la casa de la familia. Este rezo es guiado por un fiscal del lugar y asisten a él los vecinos y familiares. La última noche de rezo se denomina “remate” y consiste en que, una vez finalizado el rezo, la familia paga a todos los acompañantes con una abundante comida en que sirven bebidas y platos típicos, siendo imprescindible la carne de cerdo ahumada.

3.2.- Carneo de chancho o reitimiento: El nombre Juan es tan común tanto en la villa como en el campo y esto hace que todas o casi todas las familias se preparen para celebrar el onomástico. Para ello engordan por varios meses un cerdo, dándole abundante comida para sacrificarlo los días previos al 24 de junio. El cerdo, al ser muerto, se le recoge la sangre para hacer las ricas morcillas (prietas); es quemado al fuego dejándole tostado el cuero que luego de ser sacado en tiras se pone a las brasas o en la plancha de la cocina para ser comido mientras, se “se faena el chancho”. Este exquisito bocado recibe el nombre de “chagua” o “thragua”. Se le saca también la grasa la que es derretida en calderos de fierro especiales, proporcionando abundante manteca y pasando a ser los restos de grasa cocida, otro exquisito bocado: “los chicharrones”. Mientras todo este trabajo lo realizan los hombres en las afuera de la casa, dentro de ella, las mujeres se afanan en picar las coles para preparar las morcillas, otras van haciendo la masa para las sopaipillas o bien rallando las papas para los “milcaos”.

3.2.1.- El yoco: Una vez faenado el cerdo y cocidas las morcillas, sopaipillas y milcaos, la dueña de casa arregla porciones de estos elementos agregándole un pedazo de carne y los envía a algún familiar, a un buen vecino o a la casa de los que ayudaron en la faena. Esto es el “yoco”. Pero el trabajo aún no termina y hay que salar la carne para que al otro día se ponga colgada en el fogón haciéndole bastante humo. Esto le da un sabor exquisito luego de un par de días de ahumado, lo que será saboreado para la celebración de San Juan, la noche del 23 y el dia 24 de junio.

3.3.- Magia de la noche de San Juan: La Noche de San Juan es una noche llena de ludismo, de encanto, de magia, de leyenda, de costumbres y tradiciones riquísimas representadas en las pruebas de San Juan, los entierros, las creencias que trae consigo.

3.3.1.- Pruebas: La medianoche del 23 –24 de junio es esperada con ansias por toda la familia, especialmente los más jóvenes, porque al efectuar las pruebas y seguir los rituales y la interpretación de sus resultados le dirán que les tiene deparado el futuro.

a) Los papelitos con tinta: A las 12 de la noche en punto se toman 3 papelitos cuadrados dejando caer una gota de tinta en cada uno, luego se doblan y se tiran debajo del catre. Al dia siguiente, las personas cierran los ojos y sacan los papelitos, los desdoblan y ven su destino reflejado en aquellas manchas.
b) Las papas: En una pieza oscura un poco antes de las 12 de la noche se tiran 3 papas: una pelada, otra a medio pelar y la tercera con cuero. A las 12 de la noche y a oscuras se busca una papa y se enciende la luz para ver que suerte tuvo. Si tomó la papa sin pelar significa que le irá muy bien en todo durante el año. Si saca la papa a medio pelar significa que le ira solo regular y si saca la papa entera pelada, la suerte no va a acompañarle y su vida será muy sacrificada, teniendo que esperar hasta el siguiente San Juan para ver si cambia su suerte.
c) El anillo: (para casados). A las 12 de la noche se saca un cabello de la cabeza y con una de las puntas se amarra el anillo. Desde el otro extremo se sostiene con la mano derecha, colocándolo dentro de un vaso de agua y se mantiene sin moverlo. Cuando el anillo está quieto se pide un deseo: si la argolla se mueve todo irá muy bien; pero si permanece inmóvil, no resultará el deseo que se piensa.

El imaginario colectivo tiene una gran variedad de otras pruebas.

3.3.2.- Los entierros: Son tesoros ocultos bajo tierra que a las 12 de la noche del 23 de junio arden indicando el lugar donde se encuentran. Son tres llamaradas que se ven solo por un fugaz instante. Son muchos quienes esta noche permanecen alertas para ver arder un entierro y buscarlo.
Al comenzar a cavar en la tierra con palas, gualatos, azadones, etc., y a medida que los buscadores van acercándose al tesoro se les aparecen distintos animales de las mas diversas formas para ahuyentarlos. Por esto se dice que el que saca un entierro debe ser “bien agallado” para enfrentar a los guardianes del entierro. Debe cuidarse también , el buscador de aspirar el gas del tesoro porque si esto ocurre morirá irremediablemente dentro del año. Tampoco debe mencionarse ni dar gracias a Dios en ningún instante porque de lo contrario todo el tesoro se convertirá en algo sin valor.

3.3.3.- Creencias:

a) El veranito de San Juan: Pese a que San Juan se celebra al comenzar el invierno en el hemisferio austral, con abundancia de lluvias y vientos, hay hermosos días veraniegos que duran alrededor de una semana, generalmente antes del 24 de junio, aunque también se puede dar después. Este tiempo bueno se le conoce como “el veranito de San Juan” y los campesinos aprovechan de sembrar los primerizos de papas y legumbres.

b) El agüita de San Juan: Se dice que toda el agua, al amanecer del 24 de junio, está bendita por lo cual tiene poderes diferentes su uso o consumo.
El tomar de esta agüita en una botella significará tener remedio contra “el mal de ojo”, el mal tirado y los malos malos espíritus.
También los campesinos envían, lo más temprano posible a sus hijos o nietos a lavarse al arroyo mas cercano con “agüita de San Juan”. Esto les ayudará a ser inteligentes.

c) El baile del Chopón o Thropón: El chopón o thropón es una bola de chuño convenientemente humedecida que se coloca en un brasero formándose una “capa” la que se va sacando para servírsela. Pero existe la creencia de que si baila el thropón (se mueve o vibra mientras está en el brasero), la persona que lo está cociendo será de corta vida.
Esta bola de chuño también llamada “colao”, es producto de exprimir con un paño las papas rayadas para hacer la fécula con que se hacen los “milcaos”.
También respecto al “baile del thropón” se dice que es una ceremonia que realizaba la machi u otros miembros de la tribu de los antiguos habitantes de la zona para invocar que las largas noches de invierno dejen paso mas adelante al alargue de los días en que los naturales realizaban sus faenas de recolección y otras actividades.

3.4.- Comidas y bebidas típicas de la noche de San Juan: Entre las comidas típicas de la celebración de San Juan ya hemos mencionado la carne de cerdo ahumada, los chicharrones, las sopaipillas, el yoco, las morcillas, los milcaos y los baemes: colao que se hierve en agua o se consume frito.
Entre las bebidas típicas se tiene la chicha de manzana que se prepara mezclándola con naranjas y se sirve caliente, el vino caliente o navegado también servido caliente mezclado con naranjas y canela. Pero lo más apetecido son el murtao y las mistelas de distintos sabores que se preparan con alcohol.

Calbuco, noviembre de 1984.
Trascrito y actualizado por JOSE D. MANSILLA ALMONACID.


[1] Esta Unidad Didáctica ha sido preparada por los integrantes del Grupo Folclórico CAICAVILU de Calbuco y fue presentada al III Encuentro Zonal Norte de la Federación Folclórica del Magisterio de Chile en 1984.
Fue publicada en Revista CUADERNOS CAICAEN Nº 5.
Estando en las cercanías de una nueva celebración de la Festividad de San Juan en Calbuco la ponemos a disposición del noble Profesorado.

viernes, mayo 23, 2008

DAGOBERTO GUERRERO HUILQUIRUCA EN EL RECUERDO


RECUERDOS DE DON DAGOBERTO GUERRERO HUILQUIRUCA

Por JOSE D. MANSILLA ALMONACID

En la tarde del lunes 12 de mayo recién pasado una gran multitud se reunió frente al Cuartel de Bomberos de Calbuco. Estaban allí para rendirle el último homenaje a un ilustre calbucano. Familiares, amigos, ex-alumnos, sus colegas profesores, y sus queridos camaradas bomberos acompañaron a Don Dagoberto Guerrero Huilquiruca en esta su última llamada.

Conocí a Dagoberto Guerrero, “Don Dago” en marzo de 1954, el día que junto con los amigos Guido Andrade, Ubaldo Carrasco Rosales, Juan Miranda, Juvenal Kappes, José Ayancán y otros entramos por la puerta ancha del conocimiento a la Escuela Nº 1 de Hombres que funcionaba en las tardes, en el edificio mandado a construir por el Presidente D. José Manuel Balmaceda en la esquina norponiente de la plaza. Don Dagoberto era Profesor de esa Escuela Primaria. Al año siguiente cuando nos trasladamos al moderno Grupo Escolar que había sido construído por la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales y que 50 años después está aún en mejor pie; nuestro curso habitaba la sala contigua a su clase, en el lado sur oriente del edificio, teniendo como vista al frente las tardes floridas de amarillo de los chacayes que entonces poblaban lo que es hoy la plaza Chile y a lo lejos los volcanes tutelares, que plásmabamos en nuestros cuadernos de papel verdoso y que eran donados por el Estado.

Ordenado siempre de corbata, sus bigotes recios y la expresión dura que mostraba, Don Dago nos intimidaba un poco al pasar con su varilla bajo el brazo. La varilla de mimbre era la Insignia de mando del profesorado de entonces.
Medio siglo después, cuando esa transparente institución que es el Cuerpo de Bomberos de Calbuco me invitó a participar en el recuento histórico de sus 100 años, tuve la suerte de alternar con Don Dago y conocer sus otras facetas. También por esa época muchos nuevos calbucanos que se han establecido en los últimos años en el pueblo tuvieron la ocasión de conocerlo a través del programa de TV CAL “Nuestra Gente”, donde conocimos retazos de su vida y simpáticas anécdotas.

Don Dagoberto nació en Calbuco el 14 de junio de 1925. Sus padres fueron Don Casimiro Guerrero y su señora madre la profesora de Huito doña Petronila Huilquiruca. Don Dagoberto era el tercero de seis hermanos “muy unidos” como el expresaba.

Sus primeras letras las hizo en la Escuela de Calbuco y la Humanidades en la ciudad de Ancud. Entre 1940 y 1945 lo encontramos en la Escuela Normal de Chillán donde obtiene su titulo de Profesor Normalista.

Ejerce en la escuela de Cochamó en 1947 y luego se traslada a Calbuco, a la Escuela Nº 1, semillero de probos en esos años. En Calbuco ejerce como profesor hasta su retiro del magisterio público. De su vida civil sabemos que contrajo nupcias en 1949 con doña Marina Dumenes. Don Dagoberto y Doña Marina fueron padres de tres hijos.

La otra faceta de su vida es la entrega que hizo a la comunidad de su servicio como bombero. En esta vocación de vida, Don Dagoberto alcanzó la más alta distinción que puede alcanzar un voluntario, por su constancia, por su abnegación y servicios desinteresados para el bienestar de los ciudadanos calbucanos: La de Director Honorario por Mérito, otorgada en forma unánime por sus pares. Había ingresado en 1949 a la Antigua Quinta Compañía y posteriormente militó en la Tercera Compañía.

Se recuerda a don Dagoberto, arriba del tractor que acarreaba las bombas de mano y pertrechos en los incendios y amagos. Con el acoplado (Coloso lo llamábamos) acarreando rumas de tablas para la construcción del cuartel. El ritmico trac-trac del tractor se colaba por las ventanas de las casas de los calbucanos -en una época donde existían pocas radios y menos televisión y no estaba el pedraplen- perseguidos los vehículos por una chillona caterva de niños que se colgaban de las barandas para viajar unos metros arriba del móvil. Sobre uno de esos vehículos fue conducido el emblemático Maistril por don Gustavo, al hospital, en su última lucha.

Este lunes 12 de mayo desde el Cuartel de Bomberos, el féretro fue conducido a la Iglesia de San Miguel y desde allí el cortejo se dirigió al Cementerio de Calbuco. Fue despedido por sus compañeros de la 3º Compañía en la persona de Su Comandante el Sr. Munson, por el Comandante del Cuerpo de Bomberos y finalmente por el Sr. Alcalde de Calbuco.

CUADERNOS DE CAICAEN, en el pesar de la muerte del querido profesor, del eminente bombero y mejor ciudadano rinde homenaje a Don Dagoberto con estas líneas que el mismo dejó estampadas en las páginas 46-47 el Libro de Comandancia del Cuerpo de Bomberos. Sus propias palabras lo retratan mejor que cualquier discurso:

"En el presente libro de comandancia debe quedar estampada fielmente todo acontecimiento relacionado, en forma especial con la rama ejecutiva, aún cuando no sea de nuestro agrado, En este documento que con los años será histórico. El hecho de escribirlo aquí, tiene, no un afán o intención crítica, sino el propósito de hacer la historia como es; el propósito de que las futuras generaciones, quizás nuestros propios hijos o nietos sepan la verdad, cuando hojeen las presentes páginas, para entonces viejas y tradicionales, para demostrar que no somos ajenos a las debilidades humanas y para dar testimonio también de nuestras ansias espirituales y de nuestra superación sobre las mezquindades pasajeras.-"

Dagoberto Guerrero Huilquiruca
Calbuco 1962


lunes, mayo 19, 2008

CALBUCO...YUNQUE MARINERO DE LA ACTIVIDAD


CALBUCO, ANTESALA DEL ARCHIPIÉLAGO,
YUNQUE MARINERO DE LA ACTIVIDAD
[1].

Por OSCAR SALINAS

Fotografia: Manuel López



El autor de estas líneas, al hurgar entre sus recuerdos las horas pasadas en este pueblo isleño, no persigue otro objetivo que relatar sus emociones íntimas y, al mismo tiempo, dar a conocer la bellezas de sus vecindades.

Calbuco está situado en la isla que lleva su nombre, a pocas horas de Puerto Montt. El viaje se hacía antes en el yate “Tautil” de los Ferrocarriles del Estado, alcanzando el viajero a conocer la isla y algunos canales del Archipiélago durante el día. Actualmente hay otros vapores, de pequeño calado, que hacen ese recorrido.
Cruzando entre las islas Tautil y Helvecia, lo primero que divisa el viajero es un acantilado parduzco, llamado por los lugareños “La Picuta”. El oleaje nortino del golfo entona en el enrocado una canción extraña, como esas leyendas musicales de Wagner, que llenan los sentidos de bellas fantasías. Es la canción de los marinos del “Caleuche”, es la leyenda de un barco invisible, cuyas cadenas de ancla afinan las voces del mar para gemir una desgracia. “La Picuta” es el fondeadero oficial del “Caleuche”.
El barco ha detenido la velocidad de sus máquinas y avanza lentamente hacia el muelle. Al frente se divisa la isla Helvecia, pletórica de vegetación.
Bordeando la isla de Calbuco, divisa el viajero unas casitas sostenidas por pilotes de madera, entre los que juegan y cantan las mareas. Son pensiones de marineros, barcos anclados que nunca partirán. Allí se deleita el paladar con la ostra barata y sabrosa, con la centolla aristocrática y el erizo incitante, allí llegan los bongos pescadores a vaciar lo mas rico y sabroso en pescado de la región; ellos son “Nauto”, “Viki”, “Baipillán”, “El Griego” y tantos otros... Allí suena la victrola carraspeando una melodía arrabalera grabada a cientos de millas de distancia.
Y luego el muelle. Desde la cubierta del barco la mirada del viajero escudriña una colina caprichosamente edificada, tajeada por calles cortas y desconcertantes. Es un pueblo de película, de oleografía, o un afiche impreso en Suiza o Noruega.
Hemos dicho adiós al barco y el botero lleva nuestro equipaje al hotel.
-¿Al “Olavarría” o al hotel de Carlitos Francke, don?.
Quizás por qué motivo nos parece más chilote el de Olavarría y allá vamos. En realidad estuvimos afortunados en la elección.
Nuestra habitación domina las islas de Guar y Helvecia y una parte del continente, denominada San Agustín; entre el pueblo y las islas surcan el canal las lanchas fleteras y los botes: maderas, papas, alerce, marisco. Fondean en la costa del continente para descargar y hacer provisiones.
La isla Helvecia parece una torta de novios envuelta en celofán verde; en sus playas blanquea la conchuela y en su suelo el roble, el ulmo y el canelo ponen la nota verde que emociona.
En el canal, el mar balancea las lanchas con delicadeza de madre.
Salimos a callejear por el pueblo: tomamos por una calle que nos lleva al hospital de la isla y luego cruzamos por un atajo hacia la parte sur. Aquí el paisaje se prolonga hasta la cordillera austral. Se domina, al fondo, la península de Comau, tierra donde la leyenda dice que está escondida la Ciudad de los Césares.
Comau... Llancahué... Poeguapi... Huehuetumao: nuestro sueño. Partiremos una noche, aprovechando la marea, en el remolcador “Coro-Coro”, de Conrado Ditzel, hacia esos puntos maravillosos e ignorados del turismo oficial. Navegaremos por el estero de Comau, como por un fiordo noruego, admirando el río Velásquez y su cascada en el cerro Marillmó. Pasaremos entre Llancahué y Llanchid, admirando a las chilotas de robustos brazos, dirigir sus bongos cargados de cholguas, y mirando perderse, montaña adentro , las bulliciosas bandadas de loros.
Entraremos por el estero del río Hueque, mirando saltar de sus aguas las truchas y los salmones y tal vez soñando con los “baguales” errantes bajo el follaje cerrado de esas montañas vírgenes.
Nuestro guía, un chilote con cara de “reineta”, nos convida a “La Vega”, costa sur de la isla. Esta es la parte elegante de Calbuco y sitio de sus mejores sitios industriales. Viven en este punto los Ditzel, los Oelckers, los Schmeisser.
La playa de “La Vega” es hermosa y ancha y a ella atracan las embarcaciones que vienen de Ancud, Achao y Maullin.
Calbuco sufrió hace poco un voraz incendio, pero no es un pueblo de los que mueren así no más, porque a la belleza de su isla está unido el esfuerzo humano de sus isleños, que aman a su tierra y saben hacer grata la permanencia de los visitantes.
Ya de regreso al hotel, Olavarría se acerca y nos dice:
-No olvide que mañana tenemos un magnífico curanto. Por ahora pasen a servirse una entradita de centollas.
Así es Chiloé... Así es Calbuco.

FOTO: La isla de Calbuco, donde prosperan diversas industrias, como la de conservas de mariscos, se encuentra a corta distancia de Puerto Montt. Pequeñas barcas, goletas y faluchos hacen diariamente el trayecto hacia esa pintoresca isla, rodeada de hermosos canales.
...
[1] Revista En Viaje Nº 134 diciembre de 1944 pp. 122-123. Trabajo premiado en el Concurso “¿Conoce UD. Su país”? de esa publicación.

miércoles, mayo 14, 2008

A LO CALBUCANO


A LO CALBUCANO

RAÚL GÓMEZ TRAUTMANN


“A lo calbucano”, o mejor dicho “Comida hecha y amistad desecha”.

La expresión bastante conocida y muy socorrida con que título el presente artículo, se escucha no sólo en nuestra zona, sino que la usan en el norte, el centro y austro de nuestro país. Puedo dar fé que chilenos en el extranjero la han escuchado de labios de personas de otros países hispanoparlantes.

Expresión tan cosmopolita me ha llamado mucho la atención, y en ocasiones al interrogar al usuario, éste no ha podido explicar el sentido y alcance de la expresión.

Recreando la situación en comento, vista por un observador externo, diría que si alguien es invitado a compartir una fraterna mesa y debe por alguna razón levantarse abruptamente, es decir, más rápido de lo que las buenas costumbres aconsejan, se recurre a esta expresión, como frase salvadora que inicia la justificación de este comportamiento.

Creo que como calbucano, es bueno informar, ya que se pudiera pensar y más extrapolar que los isleños no manejamos o desconocemos el Manual de Carreño, y nuestros modales en la mesa no son los adecuados.

Eso, muy lejos de la realidad. Movido por lo anterior, me puse en campaña para conocer la raíz, esencia y sentido de lo que significaba “actuar a lo calbucano”. Para ello, recurrí a fuentes vivas: los ancianos calbucanos, ellos me han confiado lo que puede ser una de las versiones que comparto con los lectores.

La historia se teje muy atrás, cuando los viajes entre Calbuco y Puerto Montt constituían una aventura por mar. Lanchas de recorrido con frecuencia sólo semanal, transportaban a los calbucanos a la capital provincial, quienes visitaban el comercio y a los muchos parientes radicados en Puerto Montt.

Los lunes muy temprano zarpaba la lancha, desde la isla, llegando a destino después de 2 horas de viaje.

El regreso, el mismo día, por la tarde significaba que la visita a un pariente o amigo debía ser corta y precisa.

Como en la mayoría de las veces contemplaba una invitación a unas ricas onces, éstas debían ser muy rápidas y con constantes miradas nerviosas al reloj, para no perder la lancha. Si esto ocurría, significaba permanecer en Puerto Montt, varios días, hasta el siguiente viaje.

Entonces “a lo calbucano”, “comemos y nos vamos”, pudo nacer así, y de ninguna manera es un signo de mala educación o de pésimos modales en una mesa de los habitantes de la querida isla.
TOMADO DE: EL DIARIO AUSTRAL 17.06 1992 pp. A4

miércoles, mayo 07, 2008

LA PRIMERA RADIO DE CALBUCO





En febrero de este año el periodista don Juan Barrientos Oyarzún, fue galardonado por la comunidad portomontina como "Ciudadano Destacado del año 2008". Don Juan Barrientos, testigo -como pocos- del quehacer regional, ha plasmado grandes hitos noticiosos como también la cotidianeidad, en sabrosas crónicas. De su extenso bagaje cronical recogemos este episodio calbucano, producto de su excelsa pluma.


LA PRIMERA RADIO DE CALBUCO[1]


por: Don JUAN BARRIENTOS OYARZUN



Allá por 1936 o 37, en Calbuco no pasaba nada (no había coca, ni morfina, y los muchachos no usaban gomina), aparte del periódico “El Faro” que aparecía de vez en cuando y que se editaba en el edificio de Guillermo Trautman, por el Club La Chaucha.


Una mañana los calbucanos se asombraron al ver al radiotécnico de Puerto Montt Alfredo García, instalando dos enormes palos en los techos de las casas de don Carmelo Davis y en la tienda y vivienda de don Luis García Descouvieres, hombre bonachón y agradable. Salieron de su inquietud cuando se les informó que eran las antenas para una radio (receptor), la primera en Calbuco que compró Luis García, y este hombre hizo saber que se iban a hacer transmisiones públicas. En el segundo piso se colocó la radio RCA que parecía la torre de una iglesia, con un ojo mágico en el centro.

La primera transmisión comenzó a las 7 de la tarde, con unas 500 personas escuchando (Calbuco tenía poco más de mil). Tangos, valses y corridos mexicanos alegraban el ambiente y luego las noticias de Chile y el extranjero, sobre todo la guerra civil española, y así se conocieron nombres como Franco, Primo de Rivera, Mola, La Pasionaria, el general Mascardo que prefirió que le mataran al hijo antes que entregar el Alcázar de Toledo. A las 10 de la noche terminaba la transmisión y aplausos y vivas de todos para don Luis García.

El segundo día ya había mil personas, gentes de las islas que llegaron donde parientes con cerditos, ovejas ahumadas, gallinas, y como era invierno los varones con mantas, litros y chuicas de las “viñas” de Jose Luis López o José Moneva. Pero a los chicos no les gustaban las noticias y como en Calbuco sobraban piedras, un menor lanzó una contra el ventanal donde estaba la radio, felizmente sin causar daño.

Vino el tercer día, siempre a las 19 horas, ya había mucho más de mil personas, mujeres con chales y hombres con mantas, litros y chuicas y canastos con tortillas, frente a la Tienda García. Llevaba la transmisión alrededor de una hora, cuando un peñascazo dió al medio de la radio y la lanzó hacia adentro.

¿Quién sería?. ¿Ursino, Joaco, Chocorane o el tuerto Yica?. Nunca se supo, ya que en el público estaban también Milton Bosnich, Floridor Cárdenas, Gustavo Torres, Carlos Pothoff y otros jovencitos de entonces, que tampoco vieron quién fué.

Don Lucho García que era bueno, pero ligero de genio, asomó por la ventana e hizo dos disparos que causaron una gran estampida (escopeta o revólver, nadie sabe con qué disparó don Lucho). Los mirones-oyentes desaparecieron dejando “la raya”, frascos y canastos, las mujeres caían y se levantaban gritando, mientras los chicos jalaban al cerro, y los oyentes de casas vecinas como Mariano Olavarría, Manuel Cárdenas y Carmelo Davis, que estaban con amigos, se lanzaban al piso, para evitar los proyectiles.

Se acabaron las transmisiones públicas y Alfredo García tuvo que apelar a sus habilidades para reparar esa que fue la primera radio de Calbuco.


[1] Tomado de: EL DIARIO AUSTRAL 4 de Abril de 1992 pp. A3

miércoles, abril 16, 2008

MENTIRAS Y VERDADES DE LA FUNDACION DE MAULLIN


El Antropólogo Don Wladimir Soto Cárcamo ha publicado un interesante articulo en su blog, poniendo el dedo en la llaga en un tema que se asoma al debate regional. ¿Qué Historia estamos construyendo los historiadores?. Por la importancia, valentía y conocimientos de saberes nuevos publicamos este artículo para contribuir a su difusión.

CUADERNOS DE CAICAEN



MENTIRAS Y VERDADES DE LA FUNDACION DE MAULLIN.


La historia ha veces se construye a base de mitos que no tienen ningún fundamento racional, son repetidos por ciertas instituciones sociales para mantener sus intereses o por simple ignorancia. Este es el caso de la fundación de Maullín. Sistemáticamente las autoridades de ese pueblo remontan sus orígenes hacia 1560, pero los antecedentes documentales demuestran que es muy posterior a esta fecha. La aparición de seudohistoriadores y charlatanes que se dicen expertos de la historia de nuestra región a principios de la década de 1980 agudizó este error histórico con sus cuentos y fábulas de personajes de comedia que es necesario esclarecer para las futuras generaciones.


Nada en la ruta


La historia oficial dice lo siguiente de Maullín “fundada en 1560 por el capitán español Pedro Ojeda y Asenjo, quien ordenó construir un pequeño fuerte en la ribera sur del río, es una de las ciudades más antiguas del país y fue considerada por mucho tiempo como último bastión continental de Chile y vínculo obligado para el acceso desde y hacia la isla grande de Chiloé”. Es curioso que ninguna fuente documental de la época se refiere a tal hecho. En 1562 pasó por las tierras de Maullín y Carelmapú Francisco de Villagra que no habla de la existencia de algún fuerte en ese paraje. Ruiz de Gamboa que cruzó el canal de Chacao en 1567 tampoco menciona el mentado fuerte. No habiendo documento y testimonio que certifique la existencia de tal edificación.


Quien es el capitán Pedro Ojeda y Asenjo


El capitán Pedro Ojeda y Asenjo es un personaje tan extraño como salido del universo de la imaginación. En los archivos coloniales no existe huella de su acto fundacional, ni menos de la existencia de este individuo en la lista de Pasajeros hacia América, no aparece su nombre ni en las huestes de Pedro de Valdivia, García Hurtado de Mendoza ni de otro conquistador. Tampoco el historiador Luis Thayer Ojeda en sus estudios sobre familias y personajes de ese período enuncia alguna referencia de este hombre, ni sale destacado en batalla ni acción alguna. Se dice en un arrebato casi de delirio que tal capitán vino a Maullín por orden del gobernador Ambrosio O'Higgins a fines del siglo XVIII para reforzar el fuerte y la población del sector, no existe documento alguno de esa administración que corrobore la participación y existencia de Pedro Ojeda y Asenjo que ha significado su búsqueda la pérdida de valioso tiempo a varios reconocidos historiadores.


La real fundación


Para aproximarse a una fecha de fundación es bueno acercarse a la documentación disponible. Por la carta del Gobernador y Capitán General de Chile Alonso de Ribera el 13 de abril de 1604 sabemos que Osorno comenzó a ser abandonada producto del levantamiento indígena el 15 de marzo de 1603, en ese año se produciría la fundación primera por parte del capitán Francisco Hernandez Ortiz del fuerte de Calbuco y posteriormente cumpliendo las ordenes del gobernador Ribera se funda el otro fuerte de Carelmapú realizado por Francisco de Herrera.


El historiador Rodolfo Urbina afirma que en 1603 se funda Maullín con pobladores venidos desde Osorno. Pero no proporciona antecedentes que ratifiquen esto. El investigador de la historia local Cesar Sánchez habla que en la punta de Pilliquén, a orillas del río Maullín se coloca una dotación de soldados, tampoco proporciona respaldo documental de tal afirmación. Si revisamos las fuentes del período y las misiones hechas por los jesuitas, no hablan de ninguna acción evangelizadora en una población llamada Maullín. Pero la información aproximada más remota es de 1622 que se refiere a centinelas en la zona de Maullin. Por antecedentes proporcionados por el jesuita Diego de Rosales en su “ historia general del reino de Chile” de 1674 sabemos que en 1650 ya existe un numero de soldados de guardia en la actual ubicación del pueblo. ¿ Cual era su objetivo?. Vigilar el movimiento de la población huilliche de sus alrededores o sea el control del enemigo interno en la lógica del conquistador. Por lo dicho por Rosales el lugar donde estaban los soldados era una edificación menor en comparación a las fortificaciones de Calbuco y Carelmapú, que originalmente debieron estar ubicados en Lolcura.


Este proceso de poblamiento de Maullín se enmarca en una lógica mayor de la corona española, habilitar puesto de vigilancia para la apertura de vías de comunicación con la refundada población de Valdivia para así reforzar el control de ese espacio territorial.


La rigurosidad en materia histórica cosa que hacen historiadores como el calbucano José D. Mansilla Almonacid no solamente debe servir para esclarecer el pasado, también sirve para que la sociedad aprenda de éste y saque las necesarias lecciones. Maullín desde hace años ha estado sometido a la improvisación en materia de preservación de su memoria cultural, es tiempo de dejar de lado la mentira y ser capaces de darle a ese pueblo el necesario despertar que merece ya que su futuro se avizora de esplendor.

CREACION DE LA PROVINCIA DE LLANQUIHUE

DECRETO DE CREACIÓN DE LA PROVINCIA DE LLANQUIHUE. 22.10.1861

Un amigo nos ha solicitado la búsqueda del Decreto Gubernamental de la Creación de la Provincia de Llanquihue. Publicamos este documento para hacerlo asequible a todas las personas interesadas.

Creación de la Provincia de Llanquihue.

Santiago, 22 de octubre de 1861.

Por cuanto el Congreso Nacional ha discutido i aprobado el siguiente proyecto de lei:

Artículo 1º. Crease una nueva provincia con el nombre de Llanquihue, la cual comprenderá en su demarcación el territorio de colonización del mismo nombre, el departamento de Osorno de la provincia de Valdivia i el de Carelmapu de la provincia de Chiloé.

Art. 2º. Sus límites serán: al norte, el río Bueno, desde su desembocadura en el mar hasta el punto en que se reúne el río Pilmaiquén, i desde este punto el curso del río i la laguna de Dollegue; al oriente, la cordillera de los Andes; al poniente, el mar; i al sur, el Territorio de Magallanes.

Art. 3º. Esta provincia se dividirá en tres departamentos: Osorno, Carelmapu i Llanquihue. La cabecera de este último, que es al presente del territorio de colonización, será la capital de la provincia.

Art. 4º. Habrá en ella un Intendente, con cuatro mil pesos de sueldo anual, un secretario, con mil doscientos, un oficial de estadísticas con ochocientos i un oficial de numero con cuatrocientos.
Habrá también un Juez de Letras que ejercerá jurisdicción en todo el territorio de la provincia i que dependerá de la Jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Concepción.
Este juez conocerá de los delitos leves que se persiguen de oficio, sin obstar a la Jurisdicción de los subdelegados en esos mismos delitos, siempre que hayan prevenido en su conocimiento. Le corresponde también poner el cúmplase a la sentencias condenatorias de los subdelegados i podrá reverlas i juzgar de nuevo el delito a que se refiere, siempre que no hayan tenido segunda instancia i no las encuentre conforme a las leyes.

Art. 5º. Se declara puerto mayor a la capital de la provincia erigida por esta lei.

Art. 6º. Se autoriza al Presidente de la República, por el término de dos años, para que altere los límites actuales de los departamentos de la nueva provincia”.

I por cuanto, oído el Consejo de Estado, he tenido a bien sancionarlo; por tanto, promúlguese i llévese a efecto como lei de la República.

José Joaquín Pérez – Manuel Alcalde

domingo, marzo 02, 2008

LA ENTRADA DE CALBUCO EN LA HISTORIA


LA ENTRADA DE CALBUCO EN LA HISTORIA

La Agrupación Cultural CAICAEN de la ciudad de Calbuco que dirige el Folclorista calbucano Milton Vivar; editora de la Revista CUADERNOS DE CAICAEN Historia y Folklore desde las Islas ha organizado un Encuentro de Historiadores para conmemorar los 450 años de la llegada del poeta Don ALONSO DE ERCILLA Y ZÚÑIGA al archipiélago de Calbuco. Este hecho ocurrido en los últimos dias de febrero de 1558 el vate lo dejó improntado en su inmortal poema LA ARAUCANA,

Si bien estamos contestes que la historia del hombre en las comunidades de la comarca calbucana comienza con la instalación de los antiguos amerindios, hace miles de años atrás; homenajeamos a Ercilla, porque es el primer poeta/cronista quien en su Poema describe estas “islas deleitosas” y a los habitantes de la región calbucana.

El encuentro, auspiciado por la ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE CALBUCO se realizará el jueves 06 de marzo a las 19:00 en la Sala de la Cultura Edesio Alvarado.

Participarán en este encuentro historiadores de Calbuco y Puerto Montt, especialmente invitados a este encuentro, quienes expondrán sus particulares visiones sobre el tiempo histórico en que ocurre este hecho, la vida y obra del poeta, las rutas y el significado del viaje, el aporte al conocimiento histórico que de el se deriva y la importancia identitaria que este tiene para el Archipiélago de Calbuco.

Los expositores, sus ponencias y el programa es el siguiente:

SERGIO VARGAS ALMONACID
Presentación

MILTON VIVAR DIAZ
Tiempo de Identidades, Conquistas y Descubrimientos

JOSE D. MANSILLA ALMONACID
Vida y Obra de Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, Cantor del Archipiélago de Calbuco

WLADIMIR SOTO CARCAMO
Detrás del canto se escuchan voces: Una visión etnohistorica del relato de Alonso de Ercilla en el Seno de Reloncaví.

NELSON BAHAMONDE CARDENAS
La expansión española hacia los territorios australes y sus espacios fronterizos en el siglo XVI

SERGIO MILLAR SOTO
Descubrimiento del Archipiélago de Calbuco e Isla Grande de Chiloé por el Gobernador de Chile don García Hurtado de Mendoza y el Corregidor de Valdivia don Julián Gutiérrez Altamirano. Itinerario
.
Terminadas las exposiciones, se hará una mesa redonda con una ronda de preguntas donde podrán participar los asistentes al evento.
El encuentro contará con la participación del Alcalde la Comuna Señor Rubén Cárdenas Gómez
Se han cursado las invitaciones a la comunidad calbucana para que participe en este acto
.
Fdo.
CUADERNOS DE CAICAEN Historia y Folklore desde las Islas