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domingo, septiembre 25, 2016

AYOTZINAPA: RETRATO DE UN CRIMEN

Ayotzinapa: retrato de un crimen

La desaparición de los 43 estudiantes normalistas desnudó por completo al Estado mexicano, no solo por el manto de impunidad en que ha caído este caso, sino por su condición de rehén de los grupos criminales vinculados al negocio del narcotráfico. 

El 26 de septiembre de 2014, decenas de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en la localidad de Iguala, estado Guerrero (al sur de México) fueron atacados por policías de esa localidad y hombres enmascarados, dejando saldo de seis jóvenes muertos y 43 desaparecidos.  

A 2 años de uno de los casos más polémicos de la historia de México, Tomas Zerón,  el máximo responsable de la Fiscalía Federal de México (PGR), ente que lleva a cabo la investigación de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es acusado por la institución de cometer irregularidades en el levantamiento de las evidencias donde se halló el único cuerpo de uno de los normalistas desaparecidos.
De acuerdo con las primeras experticias los normalistas, como cada año, se preparaban junto a otros estudiantes para la marcha del 2 de octubre, en conmemoración de la masacre de Tlatelolco de 1968.
El día de la agresión, estos regresaban de una manifestación estudiantil que terminó en un enfrentamiento con varios cuerpos de seguridad, en protesta contra la discriminación que sufren en el reparto de plazas en favor de escuelas urbanas por parte del Gobierno local.
Pero faltaban 43...
El alcalde de Iguala,  José Luis Abarca, aseguró que no se enteró de los enfrentamientos debido a que se encontraba en una fiesta. También dijo desconocer el paradero de los normalistas.
A pocos días del hecho de violencia, Abarca solicitó una licencia de 30 días bajo el argumento de permitir el avance de las investigaciones; fue expulsado del Partido de la Revolución Democrática (PRD); cerró su cuenta en la red social Facebook y emprendió con rumbo desconocido para las autoridades.
El cártel de los Beltrán Leyva es una organización delictiva que opera en Sinaloa, al noroeste de Ciudad de México. Sus líderes son los hermanos Marcos Arturo, Alfredo, Héctor y Carlos Beltrán Leyva, quienes estaban a cargo de dos grupos de asesinos conocidos como "Los Pelones", en Guerrero, y "Los Güeros", en Sonora.
El procurador de Justicia Estatal, Iñaki Blanco, afirmó en su momento que la Policía Municipal de Iguala actuó en junto a la delincuencia organizada para realizar los ataques y acusó al cartel Guerreros Unidos de las desapariciones.
La agresión contra los normalistas de Ayotzinapa fue repudiada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al considerar el hecho como uno de los “más terribles de los tiempos recientes”. Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) requirió al gobierno de México que tomara medidas de protección en favor de los desaparecidos.
Mientras tanto, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, prometió "justicia” y calificó de "indignantes, dolorosos e inaceptables" los sucesos en Ayotzinapa e instruyó al gabinete de seguridad a esclarecer lo ocurrido, encontrar a los responsables y “aplicar la ley”.
A finales de octubre de 2014, la Procuraduría General de Justicia Estatal (PGJE) acusó al alcalde de Iguala de ordenar la agresión contra los estudiantes, para impedir que los jóvenes irrumpieran en un acto de su esposa. Ambos fueron arrestados en noviembre de ese año y trasladados a una cárcel de máxima seguridad.
Además, fueron localizadas  al menos nueve fosas comunes en un paraje de esa ciudad. En ellas se encontraron 28 cuerpos, restos escolares revueltos con tierra, zapatos, mochilas y lapiceros. Sin embargo, no correspondían a los normalistas de acuerdo a las experticias. 
Omar García, sobreviviente del ataque a los normalistas, denunció en una entrevista exclusiva para teleSUR que los estudiantes de las escuelas normales son víctimas del acoso del Gobierno debido a que se resisten a la privatización de la educación.
Por otra parte, el gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre, fue cuestionado por su actuación en el caso y muchas voces, incluidos los familiares de los desaparecidos, pidieron su renuncia mediante protestas.
Aguirre, quien dijo que solo renunciaría a su cargo si la mayoría de los habitantes de Guerrero lo pide en una consulta popular, pidió licencia en octubre de 2014 tras las fuertes críticas en su contra. Al final,  renunció a su cargo y del PRD.

Hallazgo de normalista
El 7 de noviembre de 2015, el entonces procurador general mexicano, Jesús Murillo Karam, anunció que un grupo de nuevos detenidos confesó haber matado a más de 40 personas, que supuestamente serían los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala.
Un mes después, el equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) confirmó que entre los restos humanos encontrados en una fosa común en Iguala, y que les fueron entregados para analizar, se encontraron los de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas desaparecidos.
Padres de Normalistas
Con abogados defensores de los DD.HH., los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa acudieron a inicios de febrero de 2015 ante Naciones Unidas para exigir que el caso no sea cerrado, como pretendió el Gobierno de Peña Nieto. 
En Ginebra, Suiza, participaron en la sesión del Comité contra la Desaparición Forzada de la ONU, donde entregaron un documento con nueve puntos a presentar, entre los que destacan:
“Vamos a pedir que se nos escuche, que se haga justicia, porque yo quiero que me entreguen a mi hijo vivo”, comentó Bernabé Abraján, padre de uno de los desaparecidos.

.- “La desaparición de 43 jóvenes estudiantes significa una profunda herida para la sociedad mexicana, que anuncia peores atrocidades si es que no se logra construir como un verdadero punto de inflexión respecto de la indiferencia gubernamental y social ante las desapariciones forzadas”.
- “Pese a que desde la noche del 26 de septiembre había indicios sobre la desaparición forzada de 43 jóvenes estudiantes, las investigaciones iniciales no fueron por la desaparición sino por los homicidios; de hecho, ante la ausencia de una investigación oficiosa por las desapariciones, los familiares tuvieron que presentar las denuncias para que se abrieran los expedientes respectivos”
En marzo, el expresidente mexicano, Vicente Fox, pidió a los padres de los 43 normalistas “aceptar la realidad” ya que “no pueden vivir eternamente con ese problema”. 
Versión oficial y nuevas informaciones
El juez mexicano, Ulises Bernabé García, desmintió en junio la versión presentada por la Procuraduría General de la República (PGR), donde aseguran que en la noche del crimen, él recibió a los normalistas de Ayotzinapa en la base de la Policía Municipal de Iguala antes de que fueran entregados al cártel Guerreros Unidos.
El juez sostuvo que los estudiantes jamás fueron llevados a esa base y que tampoco llegaron policías municipales.
Documentos obtenidos con el apoyo del Programa de Periodismo de Investigación de la Universidad de California en Berkeley, aseguraron que la noche del 26 de septiembre de 2014, el 27.º Batallón de Infantería y la Policía Federal de Guerrero estaban operando en las calles de Iguala.
A 11 meses de la desaparición de los normalistas, la PGR informó que ocho personas resultaron detenidas por estar implicadas en la desaparición de los 43 estudiantes.
“Soy consciente de que estos hechos han lastimado a la sociedad. Por ello, me he reunido con los familiares, y he abierto las puertas de la institución, para que puedan conocer en todo momento el curso de la investigación”, manifestó la procuradora Arely Gómez González.
A pesar de esto,  los padres de los normalistas presentaron un contrainforme en el que rechazaron la gestión del presidente Peña Nieto, quien presentó días antes su balance anual ante el Congreso, y además exigieron la aparición con vida de sus hijos.

La supuesta incineración de cuerpos, los motivos del crimen y la responsabilidad de los policías militares y federales en el caso Ayotzinapa está en tela de juicio, tras nuevas investigaciones reveladas en un  informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) revelado a principios de septiembre.
Las nuevas pruebas recogidas por el GIEI demuestran que agentes de inteligencia del Ejército hicieron seguimiento a todos los pasos de los estudiantes, y que antes de su desaparición fueron detenidos por policías municipales.
"El nivel de intervención de diferentes policías y escenarios (...) da cuenta de la coordinación y mando existente para llevar a cabo dicha acción. La necesidad operativa de coordinación entre fuerzas de dos cuerpos policiales municipales diferentes (...) que intervinieron esa noche señalan la necesidad de un nivel de coordinación central que dio las órdenes", señala el informe reciente.
¿Estado represivo?
A pesar de haber declarado en reiteradas oportunidades que su Gobierno está haciendo frente a las desapariciones, durante la administración de Enrique Peña Nieto se ha criminalizado las protestas en demanda de justicia y cambios sociales.
Su gestión tiene un récord de violencia en el país. Ni siquiera la “guerra contra el narcotráfico” y el crimen organizado en el mandato de  Felipe Calderón tuvo una cuota de atrocidades similar. De acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), durante los primeros 22 meses del sexenio de Peña Nieto desaparecieron o se extraviaron 9 mil 384 personas, lo que equivale a 40 por ciento, de los 23 mil 272 casos de desaparición oficialmente registrados entre enero de 2007 y octubre de 2014.

El caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ha servido para mostrar la relación entre las fuerzas de seguridad y los grupos criminales en México, la debilidad en la política de seguridad de un Estado que estaría encubriendo las desapariciones y crímenes de lesa humanidad.
Se puede mencionar como ejemplo la  Masacre de Tlataya, en la que unas 22 personas fueron ejecutadas por efectivos del Ejército mexicano el 30 de junio de 2014 .

El 6 de enero de 2015, 19 personas fueron asesinadas en el municipio de Apatzingán, Michoacán, a manos de policías federales; quienes también el 22 de mayo de 2015 irrumpieron en un rancho ubicado en el municipio de Tanhuato, Michoacán, tras detectar supuesta actividad delictiva con presencia del cártel “Jalisco Nueva Generación”.
En circunstancias no del todo claras, el operativo dejó como saldo 42 presuntos delincuentes muertos y un policía federal abatido.
Otro hecho de violencia que conmocionó a México fue el asesinato del fotoreportero Rubén Espinosa, quien había denunciado al gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, de haber convertido a esa ciudad en un "camposanto", luego de que en este 2015 fueran asesinados 12 periodistas y desaparecido otros tres reporteros.
El Dato: Unos 88 periodistas han sido asesinados desde el año 2000 en México, uno de los lugares más peligrosos para el ejercicio del periodismo en el mundo.

Acción Global por Ayotzinapa
La primera jornada de Acción Global por Ayotzinapa se hizo el 8 de octubre de 2014, bajo el lema “¡Ya no podemos permitir ni un muerto más”!
Desde ese entonces, el mundo ha reclamado la aparición con vida de los estudiantes normalistas y que se enjuicien a los responsables.

En Estados Unidos, Chile, Argentina, Bolivia, Venezuela, España, Suecia Reino Unido y en muchos otros países, cientos de miles de personas se han sumado al reclamo de los familiares de los desaparecidos, al tiempo que expresan su rechazo al presidente Peña Nieto y las autoridades mexicanas. 
Hasta el momento se han realizado más de una ventena de movilizaciones a escala internacional. En todas, el sentimiento es el mismo: que aparezcan con vida los normalistas.
Lo nuevo 
El 23 de septiembre, una semana después de la renuncia de Tomas Zerón, el máximo responsable de la Fiscalía Federal de México (PGR), ente que lleva acabo la investigación de los 43 estudiantes de Ayotzinapa fue acusado por la institución de cometer irregularidades en el levantamiento de las evidencias donde se halló el único cuerpo de uno de los normalistas desaparecidos.
El desencadenante del expediente fue un vídeo presentado por el grupo de expertos internacionales (GIEI) que durante año y medio estuvo trabajando de manera paralela sobre el terreno.
El material audiovisual muestra Zerónl junto con un grupo de peritos en un momento clave de las indagaciones: en las inmediaciones del basurero de Cocula, donde presuntamente fueron incinerados los estudiantes y se encontró al normalista Alexander Mora.
Otro dato que reveló la PGR es que los aparatos telefónicos de los jóvenes permanecieron activos durante semanas y hasta meses después de los hechos. 
Especialistas de la Fiscalía luego de analizar, procesar e interpretar establecieron que al menos uno de los policías municipales de la comunidad de Huitzuco se trasladó desde dicha localidad hasta el municipio de Iguala y lo hizo con un teléfono celular propiedad de uno de los estudiantes normalistas.
Dos años después de la desaparición de los 43 estudiantes, el Ministerio de Justicia mexicano identificó 40 lugares de búsqueda donde pudieron ser enterrados cuerpos en los municipios de Iguala y Cocula.
Nuevas tecnologías "esclarecer" el caso 
Las autoridades mexicanas utilizan la tecnología Lidar, desarrollada en Rusia y Alemania, para sobrevolar las comunidades que se sitúan alrededor del basurero de Cocula y donde presuntamente fueron quemados los cuerpos.
"Producto de las imágenes captadas hasta hoy se ha venido haciendo la interpretación de las mismas y tenemos ya una buena cantidad de lugares identificados como posibles de inhumación, y para esto sería muy importante seguir trabajando juntos con los familiares, con las víctimas directas, para establecer acuerdos que permitan ir a inspeccionar esos lugares", ha precisado el titular de la Oficina de Investigación del caso Iguala, Alfredo Higuera.
 "Como resultado de los trabajos, en una primera fase se habrían detectado por lo menos 40 lugares en Cocula, Iguala", precisó. 

 tomado de TELESUR

martes, septiembre 20, 2016

CHILOE Y LOS JESUITAS SEGUN NICOLAS DEL TECHO P. III

NICOLÁS DEL TECHO
HISTORIA DE LA PROVINCIA DEL PARAGUAY DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
TOMO TERCERO * LIBRO SEXTO

CAPÍTULO VII
MISIONES DE LA COMPAÑÍA EN LA ISLAS DE CHILOÉ
En este Archipiélago trabajaban sin descanso el P. Melchor Vanegas, que era rector, y tres compañeros que tenía. Todos los años enviaba el gobernador de Chile una nave con dinero y provisiones para los soldados y religiosos, pues la generosidad del monarca llegaba hasta aquellos países remotos; en ningún otro tiempo se podía comunicar por cartas con los Padres, quienes cada dos ó tres años iban por turno al Colegio para dar cuenta de sus actos. En las islas había ochenta capillas, construídas en las aldeas del litoral; á éstas se dirigían por el mar los religiosos y permanecían en cada una seis ú ocho días, procurando el bien espiritual de los indios, á los cuales era tan grata la presencia de los Padres que, cuando éstos partían para otras aldeas, se lamentaban amargamente y les suplicaban que tornasen pronto. Si corría en alguna isla la noticia de que se acercaban, salían en caterva los indios de sus antros y selvas, ofreciendo sus hijos á fin de que los bautizasen, y ellos se confesaban. Si no se atrevían á salir por temor á vejaciones ó estar enfermos en el lecho, los misioneros, atravesando ásperas montañas y bosques espesos, sin reparar en fatigas, los buscaban llevados del celo de la salvación de las almas. Tan continuas fueron sus expediciones por mar y tierra, que en todo el Archipiélago de Chiloé quedaron pocas personas adultas sin recibir el Bautismo. Consta de cartas escritas por el Provincial al Padre General, que desde que entró la Compañía en las islas de Chiloé, ingresaron en la Iglesia nueve mil almas. No contentos los religiosos con tan fructuosos trabajos, penetraron en la región de los chonos y huiliches, última del Nuevo Mundo, de cuya empresa, verdaderamente apostólica y modelo, hablaré, exponiendo antes algunos sucesos que la precedieron.

CAPÍTULO IX
COSTUMBRES DE LOS CHONOS Y LOS HUILICHES

Cuando el Provincial Diego de Torres dispuso que fueran á las islas dE Chiloé los Padres Melchor Vanegas y Juan Bautista Ferrusino, les ordenó que inquiriesen con diligencia los usos de los chonos y huiliches, habitadores de las tierras inmediatas al estrecho de Magallanes, y que si había esperanzas de convertirlos al cristianismo, procurasen á todo trance realizarlas. El cacique de los chonos, Delco, allanó el camino. Con objeto de comerciar solía ir á las islas de Chiloé, y tuvo ocasión de conocer el Evangelio entre los españoles; bautizóse, tomó el nombre de Pedro, y deseando que su hijo alcanzase igual beneficio, se presentó á los misioneros que residían en Chiloé y los llenó de gozo. Llevaba en cinco piraguas su familia y numerosa comitiva. Interrogado por los Padres acerca de las costumbres de los chonos y huiliches, después de saludos mutuos, valiéndose de un intérprete perito en el idioma de Chiloé, se expresó de esta manera: «Tres días de navegación dista de aquí Guata, primera isla del archipiélago de Chonos; se va á ella por medio de un mar siempre tempestuoso, aunque los chonos conocedores de los vientos no le tienen miedo; pero los extraños hallan incesantes peligros en los remolinos y olas. La gente vive, parte en el continente y parte en multitud de islas cercanas á la costa; ninguna de éstas cuenta más de tres ó cuatro familias; el suelo es pedregoso y estéril; apenas simiente alguna da fruto; los árboles son más tristes que los de Chiloé; los indígenas viven de pescados y otras cosas que arroja el mar; ayudados por sus mujeres, se lanzan al agua y salen con buen acopio de peces en canastillos pendientes del cuello; escasea el agua potable; beben aceite de lobos marinos, y no conocen género de vino; después que se hartan de dicho aceite y de peces, celebran sus bacanales con gesticulaciones propias de hombres borrachos, y llegan á dar muerte en semejantes festividades á sus mismos parientes; sin embargo de lo expuesto, en la isla de Guata se cría trigo turco, con el cual confeccionan una bebida. Los indios llevan el cabello teñido de rojo; la cara de color del acebuche; son de blanda condición. En las islas remotas hay perros velludos y con melenas, de cuyo pelo se hacen los chonos vestidos tan cortos que cubren el pecho y hombros solamente; tapan las partes vergonzosas con algas y hojas de plantas marinas endurecidas al sol.» Así habló Delco. Los huiliches, que viven cerca del estrecho de Magallanes, son aún más pobres y de peor carácter; su país cae debajo del grado cincuenta de latitud austral, y es frío en extremo; van completamente desnudos; sus casas, de forma cónica, están fabricadas con flexibles cortezas de árboles; nada comen guisado; se alimentan de peces y ostras; tienen la piel atezada, y sus cabellos erizados parecen de fieras, no de hombres. Son pocos, y dan la razón de ello diciendo que no se multiplican por la miseria del país y las invasiones enemigas, pues los huiliches son cazados por los chonos como bestias y reducidos á esclavitud ó vendidos en las islas de Chiloé; es verdad que en la servidumbre gozan de mejor suerte que en su patria. Cuando hablan parece que gruñen. Antes de que aprendan la lengua de Chiloé nada saben sino espantar las aves de los sembrados.

Valiéndose de intérprete, el P. Juan Bautista Ferrusino en dos días tradujo al idioma chono los diez mandamientos, las oraciones cristianas y el modo de aborrecer los pecados; los bárbaros quedaron admirados de esto. Delco pedía con vivas preces el Bautismo para su hijo, pero se le dilató porque no estaba suficientemente preparado en tan corto tiempo. Los chonos aprovecharon la bonanza y regresaron á su tierra; recibieron antes ciertos regalos, y partieron suplicando, aunque en vano, á los Padres con rostro y acento lastimeros que los acompañasen á las islas; unos y otros se separaron con inmenso dolor, si bien los chonos se consolaron algo con la promesa que les hizo el P. Melchor Vanegas de procurar su bienestar espiritual.


     CAPÍTULO X             
LOS PP. MELCHOR VANEGAS Y MATEO ESTEBAN NAVEGAN A LAS ISLAS DE LOS CHONOS
En los diez años siguientes nada se hizo de provecho sino evangelizar á los chonos y huiliches que á largos intervalos visitaban las islas de Chiloé. En el año de que hablamos, el P. Melchor Vanegas, infatigable y apostólico misionero del América austral, y su compañero el P. Mateo Esteban, sin temor á género alguno de peligros, se lanzaron á un mar para ellos desconocido, juzgando que con su viaje á las islas de los chonos dejarían un buen ejemplo á la posteridad; la barca en que iban estuvo á punto de sumergirse en medio de una fuerte borrasca que los hacía juguetes del viento; por fin, arribaron felizmente á la isla de Guata, donde Delco, sabedor de su llegada, imitando á los de Chiloé, había construído una capilla y reunido cuanta gente pudo, á fin de que recibiera el Bautismo. Pasaron después los misioneros al continente é islas próximas, hallando muchas personas sedientas de conocer la doctrina cristiana; no bautizaron más que doscientas doce, pues había espirado el plazo que sus superiores fijaron para la expedición; así que con gestos y palabras manifestaban que, á no estar sujetos á obediencia, con gusto pasarían toda la vida entre los chonos. Pero en verdad esto lo decían llevados de sus afectos, pues bien sabían que era imposible establecer residencia en un país tan áspero y de cielo tan inclemente. Viendo que los chonos moraban dispersos en muchas islillas, sin que fuera posible congregarlos ni visitarlos aisladamente, encomendaron el negocio al Señor, y se dispusieron, ya vueltos á Chiloé, á socorrer con todas sus fuerzas á los chonos y huiliches. Según documentos que he visto, los religiosos de Chiloé estuvieron otras veces en las tierras de los chonos y huiliches, en lo que se ve cómo el celo de aquéllos se extendía por todo el mundo.

CAPÍTULO XXIV
LO QUE OCURRÍA EN EL REINO DE CHILE.

Mientras que así se procuraba la salvación de los negros, los PP. Andrés Agrícola y Cristóbal Deódato, en la provincia de Cuyo, visitaban en continuas expediciones los pueblos cercanos á Mendoza y los situados en las montañas, bautizando inmensa turba de gentiles. En Arauco, además de recorrer los campos vecinos, el P. Vicente Modolello y su compañero hacían entradas á países remotos, yendo por incómodas sendas; administraron los Sacramentos á los habitantes de ocho aldeas, en parte neófitos y en parte paganos. En la Concepción las autoridades condenaron á la horca tres indios prisioneros de guerra; dos de ellos, gracias al P. Rodrigo Vázquez, recibieron el Bautismo antes de ser ajusticiados; el tercero fué colgado impenitente y obstinado; mas ¡oh misteriosa predestinación del Señor! suspendido de una recia cuerda, se rompió ésta y cayó al suelo; atónito, dijo que deseaba ser cristiano y subir al cielo; pidió el Bautismo, y recibido éste, fué ahorcado; es de creer que se salvaría. Otros prisioneros ingresaron en el seno de la Iglesia. Voy á ocuparme de las islas de Chiloé, y contar la muerte del P. Prada, vallisoletano, á quien alabaré por sus eximias dotes de alma y cuerpo, y por haber ido á tan lejanas tierras, llevado de santos pensamientos. Tenía treinta y ocho años; doce vivió en la Componía, con tal reputación de virtud, que poco antes de morir estaba propuesto para los votos solemnes; aunque no pudo gozar tal honor, esperamos que Dios le habrá concedido otros, ya que imitó al buen pastor en dar la vida por sus ovejas. Navegaba á las islas de Chiloé, donde iba con frecuencia, cuando fué atacado de disentería; á pesar de esto, trabajó en mejorar las costumbres de los indios, con tanto olvido de sí mismo, que, sentado bajo un árbol y sin fuerzas, pasaba todo el día oyendo á los neófitos en confesión, hasta que no pudo más. Fué por mar á un pueblecillo de españoles, y no obstante que se le aplicaron los remedios de la medicina, falleció con lágrimas y sentimiento generales, que interrumpían los funerales sagrados que se le hicieron. Era querido por su abnegación y conducta apostólica. A diario, saliendo de su choza de ramas o de una barca, muy de mañana, entraba á las selvas y se disciplinaba, aumentando su devoción con los azotes. Éstos eran las escaramuzas de sus combates contra el demonio; las victorias que alcanzo, ya en su lugar van referidas. Tengo por cierto que convirtió algunos millares de paganos en Buenos Aires y Santa Fe.



TOMO TERCERO * LIBRO SEPTIMO

CAPÍTULO IV
LAS COSAS ACONTECIDAS EN EL REINO DE CHILE.
Continuaba el monarca español sosteniendo a los jesuitas que cultivaban la viña del Señor en Chile, Arauco y el archipiélago de Chiloé. Con pretexto de la liberalidad del Rey, algunos frailes quisieron perjudicarnos; propusieron que ellos administrarían los Sacramentos á los araucanos y á los soldados españoles por medio de sacerdotes de su Orden, y sin subvención, con tal que se retirase la Compañía. El gobernador, pensando que de no atender á semejantes ofertas descuidaría los intereses del Tesoro público, ordenó muy pronto que se nos negaran las cantidades acostumbradas. Divulgóse la noticia entre los pueblos de indios; militares y ciudadanos, todos unánimes, dijeron que no querían probar otro alimento espiritual sino el de la Compañía, como acostumbrados á las prácticas de ésta, y que partirían con ella sus haberes, en caso de que perdiera sus rentas. A tal estado llegó el negocio, que el gobernador revocó la disposición que adoptó con demasiada ligereza, temiendo el enojo de los indios y de las tropas; es más: llevado de su afecto hacia nosotros, concedió al Colegio de la Concepción, del cual dependen los religiosos de Arauco, Buena Esperanza y Chiloé, extensos campos con rebaños de bueyes y caballos, á fin de que los misioneros, sin tener que pensar en buscarse el sustento, se consagraran á su oficio. Y á la verdad, cumplían bien con éste: el P. Juan Romero en la Concepción y los restantes jesuitas en los pueblos é islas de los indios y en los campamentos del ejército español de la frontera, administraban con fruto el Bautismo y otros Sacramentos. Por aquel tiempo regresó de su expedición á las islas de Chiloé, donde vivió catorce años, el P. Melchor Vanegas, del cual hablaré, porque en adelante ya no se me ofrecerá ocasión oportuna.