RECUERDOS DE DON DAGOBERTO GUERRERO HUILQUIRUCA
Por JOSE D. MANSILLA ALMONACID
Por JOSE D. MANSILLA ALMONACID
En la tarde del lunes 12 de mayo recién pasado una gran multitud se reunió frente al Cuartel de Bomberos de Calbuco. Estaban allí para rendirle el último homenaje a un ilustre calbucano. Familiares, amigos, ex-alumnos, sus colegas profesores, y sus queridos camaradas bomberos acompañaron a Don Dagoberto Guerrero Huilquiruca en esta su última llamada.
Conocí a Dagoberto Guerrero, “Don Dago” en marzo de 1954, el día que junto con los amigos Guido Andrade, Ubaldo Carrasco Rosales, Juan Miranda, Juvenal Kappes, José Ayancán y otros entramos por la puerta ancha del conocimiento a la Escuela Nº 1 de Hombres que funcionaba en las tardes, en el edificio mandado a construir por el Presidente D. José Manuel Balmaceda en la esquina norponiente de la plaza. Don Dagoberto era Profesor de esa Escuela Primaria. Al año siguiente cuando nos trasladamos al moderno Grupo Escolar que había sido construído por la Sociedad Constructora de Establecimientos Educacionales y que 50 años después está aún en mejor pie; nuestro curso habitaba la sala contigua a su clase, en el lado sur oriente del edificio, teniendo como vista al frente las tardes floridas de amarillo de los chacayes que entonces poblaban lo que es hoy la plaza Chile y a lo lejos los volcanes tutelares, que plásmabamos en nuestros cuadernos de papel verdoso y que eran donados por el Estado.
Ordenado siempre de corbata, sus bigotes recios y la expresión dura que mostraba, Don Dago nos intimidaba un poco al pasar con su varilla bajo el brazo. La varilla de mimbre era la Insignia de mando del profesorado de entonces.
Ordenado siempre de corbata, sus bigotes recios y la expresión dura que mostraba, Don Dago nos intimidaba un poco al pasar con su varilla bajo el brazo. La varilla de mimbre era la Insignia de mando del profesorado de entonces.
Medio siglo después, cuando esa transparente institución que es el Cuerpo de Bomberos de Calbuco me invitó a participar en el recuento histórico de sus 100 años, tuve la suerte de alternar con Don Dago y conocer sus otras facetas. También por esa época muchos nuevos calbucanos que se han establecido en los últimos años en el pueblo tuvieron la ocasión de conocerlo a través del programa de TV CAL “Nuestra Gente”, donde conocimos retazos de su vida y simpáticas anécdotas.
Don Dagoberto nació en Calbuco el 14 de junio de 1925. Sus padres fueron Don Casimiro Guerrero y su señora madre la profesora de Huito doña Petronila Huilquiruca. Don Dagoberto era el tercero de seis hermanos “muy unidos” como el expresaba.
Sus primeras letras las hizo en la Escuela de Calbuco y la Humanidades en la ciudad de Ancud. Entre 1940 y 1945 lo encontramos en la Escuela Normal de Chillán donde obtiene su titulo de Profesor Normalista.
Ejerce en la escuela de Cochamó en 1947 y luego se traslada a Calbuco, a la Escuela Nº 1, semillero de probos en esos años. En Calbuco ejerce como profesor hasta su retiro del magisterio público. De su vida civil sabemos que contrajo nupcias en 1949 con doña Marina Dumenes. Don Dagoberto y Doña Marina fueron padres de tres hijos.
La otra faceta de su vida es la entrega que hizo a la comunidad de su servicio como bombero. En esta vocación de vida, Don Dagoberto alcanzó la más alta distinción que puede alcanzar un voluntario, por su constancia, por su abnegación y servicios desinteresados para el bienestar de los ciudadanos calbucanos: La de Director Honorario por Mérito, otorgada en forma unánime por sus pares. Había ingresado en 1949 a la Antigua Quinta Compañía y posteriormente militó en la Tercera Compañía.
Se recuerda a don Dagoberto, arriba del tractor que acarreaba las bombas de mano y pertrechos en los incendios y amagos. Con el acoplado (Coloso lo llamábamos) acarreando rumas de tablas para la construcción del cuartel. El ritmico trac-trac del tractor se colaba por las ventanas de las casas de los calbucanos -en una época donde existían pocas radios y menos televisión y no estaba el pedraplen- perseguidos los vehículos por una chillona caterva de niños que se colgaban de las barandas para viajar unos metros arriba del móvil. Sobre uno de esos vehículos fue conducido el emblemático Maistril por don Gustavo, al hospital, en su última lucha.
Este lunes 12 de mayo desde el Cuartel de Bomberos, el féretro fue conducido a la Iglesia de San Miguel y desde allí el cortejo se dirigió al Cementerio de Calbuco. Fue despedido por sus compañeros de la 3º Compañía en la persona de Su Comandante el Sr. Munson, por el Comandante del Cuerpo de Bomberos y finalmente por el Sr. Alcalde de Calbuco.
CUADERNOS DE CAICAEN, en el pesar de la muerte del querido profesor, del eminente bombero y mejor ciudadano rinde homenaje a Don Dagoberto con estas líneas que el mismo dejó estampadas en las páginas 46-47 el Libro de Comandancia del Cuerpo de Bomberos. Sus propias palabras lo retratan mejor que cualquier discurso:
"En el presente libro de comandancia debe quedar estampada fielmente todo acontecimiento relacionado, en forma especial con la rama ejecutiva, aún cuando no sea de nuestro agrado, En este documento que con los años será histórico. El hecho de escribirlo aquí, tiene, no un afán o intención crítica, sino el propósito de hacer la historia como es; el propósito de que las futuras generaciones, quizás nuestros propios hijos o nietos sepan la verdad, cuando hojeen las presentes páginas, para entonces viejas y tradicionales, para demostrar que no somos ajenos a las debilidades humanas y para dar testimonio también de nuestras ansias espirituales y de nuestra superación sobre las mezquindades pasajeras.-"
Dagoberto Guerrero Huilquiruca
Calbuco 1962
Don Dagoberto nació en Calbuco el 14 de junio de 1925. Sus padres fueron Don Casimiro Guerrero y su señora madre la profesora de Huito doña Petronila Huilquiruca. Don Dagoberto era el tercero de seis hermanos “muy unidos” como el expresaba.
Sus primeras letras las hizo en la Escuela de Calbuco y la Humanidades en la ciudad de Ancud. Entre 1940 y 1945 lo encontramos en la Escuela Normal de Chillán donde obtiene su titulo de Profesor Normalista.
Ejerce en la escuela de Cochamó en 1947 y luego se traslada a Calbuco, a la Escuela Nº 1, semillero de probos en esos años. En Calbuco ejerce como profesor hasta su retiro del magisterio público. De su vida civil sabemos que contrajo nupcias en 1949 con doña Marina Dumenes. Don Dagoberto y Doña Marina fueron padres de tres hijos.
La otra faceta de su vida es la entrega que hizo a la comunidad de su servicio como bombero. En esta vocación de vida, Don Dagoberto alcanzó la más alta distinción que puede alcanzar un voluntario, por su constancia, por su abnegación y servicios desinteresados para el bienestar de los ciudadanos calbucanos: La de Director Honorario por Mérito, otorgada en forma unánime por sus pares. Había ingresado en 1949 a la Antigua Quinta Compañía y posteriormente militó en la Tercera Compañía.
Se recuerda a don Dagoberto, arriba del tractor que acarreaba las bombas de mano y pertrechos en los incendios y amagos. Con el acoplado (Coloso lo llamábamos) acarreando rumas de tablas para la construcción del cuartel. El ritmico trac-trac del tractor se colaba por las ventanas de las casas de los calbucanos -en una época donde existían pocas radios y menos televisión y no estaba el pedraplen- perseguidos los vehículos por una chillona caterva de niños que se colgaban de las barandas para viajar unos metros arriba del móvil. Sobre uno de esos vehículos fue conducido el emblemático Maistril por don Gustavo, al hospital, en su última lucha.
Este lunes 12 de mayo desde el Cuartel de Bomberos, el féretro fue conducido a la Iglesia de San Miguel y desde allí el cortejo se dirigió al Cementerio de Calbuco. Fue despedido por sus compañeros de la 3º Compañía en la persona de Su Comandante el Sr. Munson, por el Comandante del Cuerpo de Bomberos y finalmente por el Sr. Alcalde de Calbuco.
CUADERNOS DE CAICAEN, en el pesar de la muerte del querido profesor, del eminente bombero y mejor ciudadano rinde homenaje a Don Dagoberto con estas líneas que el mismo dejó estampadas en las páginas 46-47 el Libro de Comandancia del Cuerpo de Bomberos. Sus propias palabras lo retratan mejor que cualquier discurso:
"En el presente libro de comandancia debe quedar estampada fielmente todo acontecimiento relacionado, en forma especial con la rama ejecutiva, aún cuando no sea de nuestro agrado, En este documento que con los años será histórico. El hecho de escribirlo aquí, tiene, no un afán o intención crítica, sino el propósito de hacer la historia como es; el propósito de que las futuras generaciones, quizás nuestros propios hijos o nietos sepan la verdad, cuando hojeen las presentes páginas, para entonces viejas y tradicionales, para demostrar que no somos ajenos a las debilidades humanas y para dar testimonio también de nuestras ansias espirituales y de nuestra superación sobre las mezquindades pasajeras.-"
Dagoberto Guerrero Huilquiruca
Calbuco 1962