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viernes, febrero 05, 2016

SESQUICENTENARIO DEL COMBATE DE ABTAO 7 FEBRERO 1866 – 7 FEBRERO 2016 [01]

POEMARIO DE LA GUERRA HISPANO – SUDAMERICANA 1862-1871
José Mansilla-Utchal
Historiador

El Domingo 7 de febrero de 2016 se conmemoran los 150 años del Combate de Abtao, cuando la Escuadra Aliada formada por los buques chilenos y peruanos se enfrentaron con las fragatas españolas durante el desarrollo de la Guerra Hispano – Sudamericana. Con este nombre se denomina al conflicto bélico internacional en el cual se enfrentaron las repúblicas de Bolivia, Chile, Ecuador y el Perú con España entre 1862 y 1871. En la historiografía sudamericana la conflagración es conocida como Guerra con España y los españoles la llaman Guerra del Pacífico o también la Campaña del Pacífico. Es una de las tres guerras internacionales que en tiempos posteriores a la guerra de las independencias enfrentó a Chile con naciones extranjeras durante el siglo XIX. El conflicto antecesor fue la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana entre 1832 – 1833; y en 1879 se genera un tercer conflicto cuando Chile provoca la Guerra del Salitre contra Perú y Bolivia y defendiendo intereses de empresarios privados invade la ciudad boliviana de Antofagasta.


Los acontecimientos de la Guerra Hispano – Sudamericana se desarrollaron en el Océano Pacifico americano, en las costas de Chile y Perú, los dos países que participaron activamente en la contienda; mientras Bolivia y Ecuador – Estados que también le declararon la guerra a España- tuvieron una actitud pasiva en el contencioso. En la amplitud de las costas chilenas y peruanas ocurren los sucesos de la guerra: el arribo de la flotilla española, los diferendos diplomáticos español-peruano como una comedia de equivocaciones convertida en farsa; la invasión española del territorio peruano, el rompimiento de las hostilidades; las declaraciones de guerra; la unión de los pueblos americanos, el bloqueo de los puertos chilenos, los combates navales y finalmente el alejamiento del Pacífico de las naves españolas.

Existen cuatro momentos claves en el desarrollo del conflicto: a) El intento panhispanista español al enviar una flota de guerra al Pacífico, en la cual se embarcan como supernumerarios a un grupo de científicos que vinieron a explorar los países americanos, equipo conocido coma La Comisión Científica del Pacífico. b) El enredo diplomático entre España y el Perú que culmina con la invasión de las Islas Chinchas. c) El surgimiento de un gran sentimiento americanista en los países de la vertiente andina occidental de América del Sur a través de la Sociedad Unión Americana y la realización del Congreso Americano de Lima y d) El período de la guerra desatada cuando ocurren los enfrentamientos que culminan el 2 de mayo de 1866 con el Combate de El Callao cuando abandona las costas del Pacífico la flota española.

Los acontecimientos de esta guerra tuvieron un gran impacto entre los intelectuales de la época. Poetas chilenos, argentinos, colombianos, ecuatorianos, bolivianos escribieron proclamas, poemas, canciones, himnos y marchas para alentar los sentimientos nacionales, americanos y anti hispanistas. También los poetas de “poncho”, los cantores populares se inspiraron en la guerra. De esta fecha, estimamos, surge la Lira Popular, la poesía a cordel, pues se colgaban las hojas para su venta en ferias y mercados. El testimonio del Poeta Popular Bernardino Guajardo es elocuente en estos versos:

Cuando la reina Isabel
mandó a Chile sus vasallos
hice imprimir versos
de los sucesos pasados,
de la muerte de Pareja
y la batalla de Abtao,
toma de la Covadonga
y el combate de Callao
en la orden de aquel valiente
don Mariano Ignacio Prado
yo los repartía
vendidos, dados y fiados

Entre aquellos poemas, publicados en diarios, revistas, y recopilados en textos, existe este poema titulado El Combate Naval de Abtao. Sin Autor Mencionado y sin fecha, se encuentra este manuscrito en el repositorio de la colección de Romances de don Ramón Menéndez Pidal, cuya amable Directora nos ha autorizado para su publicación. Anduve años detrás de este poema, del cual tenía noticias, por la cita de una autora norteamericana, finalmente pude dar con su paradero


EL COMBATE NAVAL DE ABTAO

Pido´ñol un rato de atención
Para contar un instante
De los barcos españoles
Mandados por su Almirante,
Dirigidos a Chiloé.
Al Sur pusieron la proa
Que quisieron rescatar
Su barquito “Covadonga”.
Toman por los arrecifes
Allegados a Tabón,
Donde toman prisionero
A don Vicente Pincol.
Y ya se van para Abtao
Y la Blanca va de ronda,
Sin reserva de castillos
Sólo atenida a sus bombas
Se avistan las dos corbetas
Con bandera americana
Reconocen los chilenos
Que era traición villana.
Desprevenido el castillo,
Cuando el Comandante avisa,
Luego se hacen los cartuchos
Con las mangas de camisa.
Luego sale la ración
A un vaso de aguardiente.
¡Ea! Pues, buenos navales,
Tened valor, pues, valientes
Levantan bandera arriba
Con tantísima destreza;
Se ha principiado el combate
Con tanto valor y fuerza.
Rompen fuego en el castillo
Y a bordo en la Apurimac;
Ellos luego han contestado
Con sus malditas granadas.
Tirad balas, pues, chilenos,
Tirad balas sin recelo,
Que mueran los españoles
Apilados como perros.
La bala que le han tirado
Jamás la echan en olvido,
Por la popa le ha entrado,
Por la proa le ha de salir.
Ellos también tiran balas;
Todas se van a los aires;
Tienen mala puntería
Que no le pegan a nadie.
Perseguida Covadonga
Que a él no más le tiraban,
Al ver aquella bandera
Que hasta el agua le arrastraba
Se ha tirado para tierra
A cargar su batería,
Cuantos le tiró a la Blanca
Ningún tiro se perdía.
En el castillo de Abtao
Están los navales su fama.
¡Viva la gente chilena!
¡Viva la escuadra peruana!
Y el batallón chilote,
Que es querido del gobierno,
Esas dos compañías
Necesitan su buen premio
La Blanca y Villa Madrid
Son valientes y atrevidas:
Del castillo de Abtao
Han salido mal heridas.
Aquí vienen a fondear
Muy allegadas a tierra,
Dos batallones del cuarto
Con la diana le hacen guerra
Ya se van los españoles
Avanzando por Valdivia,
Aquí quedan los chilenos
Marchando con valentía.
Se fueron los españoles;
Nadie sabe a dónde van
Sólo por malicia dicen
Que se hallan en Panamá.
De Panamá han salido
Por miedo de los chilenos,
Ellos salen a buscar
Como leones soberbios
En el castillo de Abtao
Se ha visto un gran prodigio.
Este caso sucedió
El año sesenta y cinco (1)
_

Fin.

1.- Ocurre en 1866

Este texto es un breve extracto de nuestra obra inédita POEMAS Y CANCIONES DE LA GUERRA HISPANO SUDAMERICANA 1862-1871.





miércoles, septiembre 23, 2015

NO HAS MUERTO; NO HAS MUERTO; SOLAMENTE HAS QUEDADO DORMIDO


La trampa

Por valija diplomática llegan los verdes billetes que financian huelgas y sabotajes y cataratas de mentiras. Los empresarios paralizan a Chile y le niegan alimentos. No hay más mercado que el mercado negro. Largas colas hace la gente en busca de un paquete de cigarrillos o un kilo de azúcar; conseguir carne o aceite requiere un milagro de la Virgen María Santísima.

La Democracia Cristiana y el diario «El Mercurio» dicen pestes del gobierno y exigen a gritos el cuartelazo redentor, que ya es hora de acabar con esta tiranía roja; les hacen eco otros diarios y revistas y radios y canales de televisión. Al gobierno le cuesta moverse; jueces y parlamentarios le ponen palos en las ruedas, mientras conspiran en los cuarteles los jefes militares que Allende cree leales.

En estos tiempos difíciles, los trabajadores están descubriendo los secretos de la economía. Están aprendiendo que no es imposible producir sin patrones, ni abastecerse sin mercaderes. Pero la multitud obrera marcha sin armas, vacías las manos, por este camino de su libertad. Desde el horizonte vienen unos cuantos buques de guerra de los Estados Unidos, y se exhiben ante las costas chilenas. Y el golpe militar, tan anunciado, ocurre.

Allende

Le gusta la buena vida. Varias veces ha dicho que no tiene pasta de apóstol ni condiciones para mártir. Pero también ha dicho que vale la pena morir por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir.

Los generales alzados le exigen la renuncia. Le ofrecen un avión para que se vaya de Chile. Le advierten que el palacio presidencial será bombardeado por tierra y aire. Junto a un puñado de hombres, Salvador Allende escucha las noticias. Los militares se han apoderado de todo el país. Allende se pone un casco y prepara su fusil. Resuena el estruendo de las primeras bombas. El presidente habla por radio, por última vez: —Yo no voy a renunciar...

La reconquista de Chile

Una gran nube negra se eleva desde el palacio en llamas. El presidente Allende muere en su sitio. Los militares matan de a miles por todo Chile. El Registro Civil no anota las defunciones, porque no caben en los libros, pero el general Tomás Opazo Santander afirma que las víctimas no suman más que el 0,01 por 100 de la población, lo que no es un alto costo social, y el director de la CIA, William Colby, explica en Washington que gracias a los fusilamientos Chile está evitando una guerra civil. La señora Pinochet declara que el llanto de las madres redimirá al país. Ocupa el poder, todo el poder, una Junta Militar de cuatro miembros, formados en la Escuela de las Américas en Panamá. Los encabeza el general Augusto Pinochet, profesor de Geopolítica. Suena música marcial sobre un fondo de explosiones y metralla: las radios emiten bandos y proclamas que prometen más sangre, mientras el precio del cobre se multiplica por tres, súbitamente, en el mercado mundial.

El poeta Pablo Neruda, moribundo, pide noticias del terror. De a ratos consigue dormir y dormido delira. La vigilia y el sueño son una única pesadilla. Desde que escuchó por radio las palabras de Salvador Allende, su digno adiós, el poeta ha entrado en agonía.

En medio de la devastación, en su casa también despedazada a golpes de hacha, yace Neruda, muerto de cáncer, muerto de pena. Su muerte no alcanzaba, por ser Neruda hombre de gran sobrevivir, y los militares le han asesinado las cosas: han hecho astillas su cama feliz y su mesa feliz, han destripado su colchón y han quemado sus libros, han reventado sus lámparas y sus botellas de colores, sus vasijas, sus cuadros, sus caracoles. Al reloj de pared le han arrancado el péndulo y las agujas; y al retrato de una mujer le han clavado la bayoneta en un ojo.

De su casa arrasada, inundada de agua y barro, el poeta parte hacia el cementerio. Lo escolta un cortejo de amigos íntimos, que encabeza Matilde Urrutia. (Él le había dicho: Fue tan bello vivir cuando vivías.)

Cuadra tras cuadra, el cortejo crece. Desde todas las esquinas se suma gente, que se echa a caminar a pesar de los camiones militares erizados de ametralladoras y de los carabineros y soldados que van y vienen, en motocicletas y carros blindados, metiendo ruido, metiendo miedo. Detrás de alguna ventana, una mano saluda. En lo alto de algún balcón, ondula un pañuelo. Hoy hacen catorce días del cuartelazo, catorce días de callar y morir, y por primera vez se escucha la Internacional en Chile, la Internacional musitada, gemida, sollozada más que cantada hasta que el cortejo se hace procesión y la procesión se hace manifestación y el pueblo, que camina contra el miedo, rompe a cantar por las calles de Santiago a pleno pulmón, con voz entera, para acompañar como es debido a Neruda, el poeta, su poeta, en el viaje final.
Eduardo Galeano

miércoles, agosto 19, 2015

MELIPULLI O PUERTO MONTT Y EL CENSO DE LOS DOS MILLONES

Melipulli o Puerto Montt y el censo de los dos millones*

Rudy O. Carrasco P.
Investigador en Historia Regional

*Originalmente parte de este artículo aparece en la edición de 24.11.13 del diario El Llanquihue de Puerto Montt con el nombre de “Puerto Montt y el censo de los dos millones”.
  
El año 1873 un grupo de ”expertos” chilenos regresaba al país después de un largo viaje a San Petersburgo, adonde habían ido para participar en el Congreso Internacional de Estadística. De nuevo en sus labores profesionales, y en conocimiento de las últimas técnicas y experiencias mundiales, deberían planificar el Quinto Censo Jeneral de la Población, cuya realización estaba lejos de representar una simple rutina más. Por el contrario, había una cierta duda e impaciencia que se resumían en la gran pregunta que rondaba en la mente de muchos chilenos: ¿Habría alcanzado nuestro país la mítica cantidad de dos millones de habitantes?
En el último censo, realizado el año 1865 la población total de Chile sumaba 1.819.223 personas, y un incremento cercano a las 200 mil almas, cuando en el país existía una altísima mortalidad infantil y las expectativas de vida eran muy bajas, no era una meta fácil de alcanzar. Recordemos las cifras de natalidad: En 1865 nacieron 63.671 personas y fallecieron 52.111, de ellas más del 50% eran niños.



En Puerto Montt  los preparativos de este gran evento eran encabezados por el Intendente Natalio Lastarria, y una comisión especial formada por don Javier Gutiérrez, Oficial de Estadística de la provincia, además de los señores Fernando Schwerter, José Manuel Varela, Aquiles Descouvieres y Manuel Mansilla Velásquez. Lo cierto es que este acontecimiento no dejaba indiferente a nadie y habría que trabajar arduamente para llevar a cabo el conteo en cada rincón de la jurisdicción.
En aquel tiempo el territorio de la Provincia de Llanquihue estaba formado por  los departamentos de Llanquihue, Carelmapu y Osorno. Y excluyendo Osorno (en este artículo se excluyen los datos del departamento de Osorno), la provincia sumaba 21.342 habitantes en el censo de 1865, una cifra pequeña que “no alcanzaba a satisfacer las necesidades de la agricultura”, según concluía el informe del censo de ese año. Puerto Montt era uno de los pueblos de más rápido crecimiento, por su condición de capital representaba un atractivo para los habitantes de la zona, porque aquí se había habilitado un nuevo puerto, que era el más cercano a los astilleros donde faenaban los alerceros provenientes  de Calbuco y Chiloé. Por lo demás, un desbastador incendio ocurrido en 1853, hizo que muchos calbucanos dejaran su pueblo y se trasladaran a la futura ciudad capital.
La configuración geográfica, la falta de caminos, el clima y la falta de mapas confiables dificultaban la labor de los censistas de aquel entonces. No debe olvidarse que  los límites provinciales, fijados en Santiago, se habían establecido de forma confusa porque oficialmente el territorio se extendía entre el Río Bueno y el Seno de Reloncaví, pero al mismo tiempo se decía que limitaba “al sud (con) el territorio de Magallanes”, teniendo a la provincia de Chiloé de por medio.
El hecho concreto es que por el sur el censo se iniciaba en la “punta de Aulen”, y para ello los censistas tenían que movilizarse en embarcaciones a vela o a remo, de la misma manera se accedía al territorio del entorno lacustre, mientras que el resto de la provincia se recorría a caballo y a pié.
La planificación del evento duró más de un año. A fines de 1874 se firmó el decreto que ordenaba el censo y finalmente, el 19 de abril de 1975 se puso en práctica el gran operativo censal. Cientos de funcionarios, autoridades y voluntario recorrieron todo el país para buscar los preciados datos.


Las cifras de Llanquihue
Muchas crónicas han descrito la provincia de Llanquihue en sus primeras décadas, pero surge una pregunta: ¿Cómo era la realidad de acuerdo a los fríos números? Veamos lo que dijo el censo.
El Departamento de Llanquihue, que no alcanzaba los 8 mil habitantes en 1865, en el nuevo censo, el de 1875, contabilizó 12.510 habitantes, ese era “el dato duro” más importante. Y para dar una idea justa de la población de la Provincia de Llanquihue (sin contar a Osorno) hay que sumar los 16.792 habitantes que se contabilizaron en el Departamento de Carelmapu, lo que nos da una cantidad de 29.302 habitantes. Esa era la población que vivía en el territorio que hoy denominamos Provincia de Llanquihue.  Respecto al Departamento de Llanquihue, llama la atención  el desequilibrio que existía entre el número de hombres y el número de mujeres; los primeros totalizaban 6.815 individuos, mientras las últimas llegaban sólo a la cantidad de 5.695, como se observa en el siguiente gráfico.

 
  
Esta desproporción estaba determinada por la cantidad de hombres solteros, provenientes de Calbuco y las islas, que trabajaban en el interior, en la construcción de caminos y especialmente en las faenas de la madera.
El censo de 1875 registró la cantidad de extranjeros. En el Departamento de Llanquihue, los alemanes totalizaban 1.232 personas, pero también había austriacos, ingleses, franceses, peruanos, etc. En el Departamento de Carelmapu, los alemanes eran 22 individuos, solamente.
La población urbana, a la que se denominaba “población aglomerada” era minoritaria. La ciudad de Puerto Montt –que agrupaba el mayor número de “población aglomerada”-, pese a su rápido crecimiento se encumbraba apenas a los 2.730 habitantes y en la aldea que hoy llamamos Alerce habían 593 individuos, prácticamente todos dedicados al corte del alerce. El resto de la población vivía en el sector rural.

La instrucción
En relación al grado de instrucción en el Departamento de Llanquihue, se contó la cantidad de personas que sabían leer y escribir. Para ello se consideraba sólo a los individuos que estaban sobre los 7 años de edad, lo que equivale a 9.274 personas. De esa cantidad, 3.522 personas sabían leer y escribir, una cifra que demuestra que la mayor parte de la población era analfabeta. Y esa mayoría, sin duda, correspondía a la población autóctona.

Entre los extranjeros también había analfabetos, como puede verse en los datos del siguiente cuadro:

Nacionalidad
Total sobre 7 años
Leen y escriben
Analfa-betos
Alemanes
844
629
255
Austriacos
177
83
27
Franceses
8
7
1
Ingleses
41
38
3
Peruanos
14
4
10
Suecos/noruegos
5
5
0

Como puede verse, la pequeña colonia sueco-noruega estaba compuesta por 5 personas y todos sabían leer y escribir.
En 1875 se contaron 34 escuelas públicas y 35 de carácter privado en toda la provincia, incluyendo Osorno. Lamentablemente este dato no aparece desglosado por departamentos. Pero sólo 11 de esas escuelas eran para niñas, de tal manera que el total de alumnos  alcanzaba a 2.252 varones y sólo 699 niñas contando escuelas públicas y privadas. Sin lugar a duda esto era el reflejo de una cultura que no concebía la igualdad de derechos de hombres y mujeres.
La educación secundaria se impartía en el actual Liceo Manuel Montt, que en ese tiempo se llamaba “Liceo de Melipulli” y tenía una matrícula de 41 alumnos, no había liceo de niñas, de acuerdo al informe del censo.

Producción
La economía de la provincia de Llanquihue funcionaba en torno a la producción de madera. La agricultura era todavía incipiente. Pero lamentablemente el censo no recogió datos correspondientes al rubro maderero. Seguramente esa falla está determinada por el diseño censal, llevado a cabo por funcionarios de la capital que conocían muy poco de la realidad del sur. El informe final se limita a consignar lo siguiente: “La agricultura y la labranza de madera forman las industrias principales de esta provincia, siendo los resultados de la primera (la agricultura) de una escasa importancia”.

Los principales productos agrícolas lo constituían el trigo, la cebada y las papas, también había una producción menor de arvejas, garbanzos y otros productos. La linaza era cultivada fundamentalmente por los lugareños, desde tiempos remotos. La producción medida en litros –que corresponde aproximadamente un kilo- era la siguiente:

Rubro
Depto.
Llanquihue
Depto. 
Carelmapu
Total
Trigo
768.628
1.111.232
1.897.860
Cebada
204.088
21.243
225.331
Papas
3.270.743
5.668.971
8.939.714
Arvejas
27.354
8.245
35.599
Garbanzos
2.425
1.455
3.880
Linaza
6.984
16.587
23.571

Claramente se ve que el Departamento de Llanquihue, base principal de la colonia alemana, tiene una producción inferior al de Carelmapu. Como referencia digamos que el Departamento de Castro, en Chiloé, producía 4.277.991 litros de trigo y 13.414.615 de papas, lo que supera ampliamente las cifras alcanzadas en los dos departamentos de la provincia de Llanquihue.
Algunos productos que se elaboraban a partir de la producción del campo, expresados en kilos, eran los siguientes

Rubro
Depto.
Llanquihue
Depto. 
Carelmapu
Total
mantequilla
18.446
4.600
23.046
charqui
276
0
276
Lana
5.106
8.832
13.938
Chicha
24.744
57.724
82.468
Aguardiente
142.000
0
142

La mantequilla y el charqui representan sólo una pequeña producción, al igual que la lana, satisfacen necesidades internas. Las exportaciones ocasionales que suelen hacerse de estos productos no van más allá de pequeñas cantidades. En cuanto a la producción de bebidas alcohólicas se observan también diferencias bien marcadas. La producción de chicha de manzana en el Departamento de Llanquihue era de 24.744 litros, mientras que Carelmapu registra 57.724 litros, es decir, más del doble. En cambio, Llanquihue produce 142.000 litros de aguardiente de granos –el negocio más lucrativo- y la producción de Carelmapu es cero.

Los dos millones
El “Quinto Censo Jeneral de la Población de Chile”, como muchos lo esperaban, trajo novedades, y la principal de ella se relacionaba con la cifra total de habitantes del país. Cuando los funcionarios concluyeron el “cómputo”  final en la Oficina Central de Estadística, el resultado produjo grandes exclamaciones de júblilo y aplausos: Chile había alcanzado la cantidad de 2.075.971 habitantes. ¡Habíamos alcanzado los dos millones! Y en ese logro nacional Puerto Montt y la provincia de Llanquihue aportaron con una modesta cantidad:  12.510 habitantes. Pronto se cumplirán 140 años de aquel histórico censo y sólo la ciudad de Puerto Montt sobrepasa los 200 mil habitantes, pero así fueron nuestros inicios.
“La capital del departamento de Llanquihue i de toda la provincia es la ciudad de Melipulli o Puerto Montt, edificada en el fondeadero del mismo nombre, en una situación pintoresca” (Informe del Quinto Censo Jeneral de la República de Chile).



lunes, agosto 03, 2015

REVISTA LLANQUIHUE HISTORIA - PRESENTACION EN CALBUCO

MIGUEL ANGEL CALDERON

Director de la Corporación Cultural Calbuco de la Ilustre Municipalidad de Calbuco y la Corporación Llanquihue Historia, tienen el agrado de invitar a la presentación de la REVISTA LLANQUIHUE HISTORIA.

La presentación de esta publicación será realizada por el Secretario de la Corporación Llanquihue Historia, el investigador de Historia Regional D. Rudy Orlando Carrasco Pacheco.

Seguidamente el Historiador Calbucano D. José Mansilla-Utchal dictará una charla titulada: “EL ORIGEN DE LA EDUCACION PRIMARIA EN CALBUCO. SIGLO XIX”, extracto de uno de los artículos de la Revista Llanquihue Historia.

Agradecemos la presencia de Autoridades, Profesores, Estudiantes y Público General a este Acto.

Lugar: CASA DE LA CULTURA EDESIO ALVARADO. Federico Errázuriz 210   Calbuco

Fecha: MIERCOLES 05 DE AGOSTO DE 2015

Hora: 11:00 A.M.
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La Corporación Llanquihue Historia

La Corporación Llanquihue Historia se fundó, formalmente, en noviembre de 2014. Pero los antecedentes de su origen se encuentran en un proceso anterior que tuvo su partida en febrero de 2014 en  Pelluco, en una conversación de José Mansilla-Utchal y Rudy Carrasco con Jorge Torres, lo que fue seguido de algunos intercambios y tertulias personales con otros historiadores donde se fueron trazando los elementos básicos de un diagnóstico de la realidad en que se encuentra la Historia  Provincial y Regional.

Lo que determina la formación de la Corporación Llanquihue Historia, en último término, es la necesidad de contar con un ente que sirva de espacio a los investigadores para intercambiar puntos de vista, primero sobre la Historia de la Provincia de Llanquihue y de la Región de Los Lagos, atendiendo a la falta de desarrollo que se observa en  esta disciplina vital, pues si no conocemos el pasado de la sociedad que surge en este espacio regional difícilmente podremos entender el presente  y mucho menos proyectar el futuro de nuestra realidad. La investigación, por lo tanto, es un punto central en el quehacer de los integrantes de la Corporación. Es su objetivo, al igual que la difusión, para lo cual se acordó llevar a cabo, por lo menos,  un evento anual que convocara a connotados historiadores regionales, nacionales e internacionales; además de la edición de una revista cuyo nombre es “Llanquihue Historia”, la cual está abierta a la participación de otros historiadores regionales que deseen aportar en esta gran tarea.

Los integrantes  y fundadores  de la Corporación son investigadores que provienen de diferentes ámbitos de la zona, todos unidos por el afán de entregar su contribución a la construcción colectiva de nuestra Historia. Los investigadores fundadores de la Corporación Llanquihue Historia son: Jonathan Salas Y., Roberto Matus H., Ramón Munson V., Rudy Carrasco P., Claudio Rojas M.,   Jorge Torres I., y José Mansilla-Utchal A.



La revista Llanquihue Historia.

La revista Llanquihue Historia es una publicación que tiene como fin primero la difusión de estudios originales sobre nuestra Historia Provincial y Regional. Nace, entonces, de una necesidad real,  pues actualmente no existe ningún medio que se preocupe de difundir trabajos sobre esta rama del saber en esta Provincia.

Para cumplir con este propósito la Revista Llanquihue Historia cuenta con un colectivo de historiadores que forman  parte de su Consejo Editorial y que son sus fundadores. Sin embargo, en el cumplimiento de su misión es un órgano abierto, que da cabida en sus páginas a los trabajos realizados por otras personas, poniendo como única condición que dichos trabajos sean el resultado de una investigación seria que se ciñe a una metodología y se respalda en fuentes idóneas y que aporten al conocimiento histórico especialmente de nuestra Provincia de Llanquihue.


El primer número de la revista, que se publica gracias al patrocinio de la Universidad San Sebastián, Sede Campus Puerto Montt, en la generosidad de su Vice-rector D. José Guillermo Leay Ruiz contiene las palabras iniciales del Señor Vice-Rector, la presentación de la Revista por Jorge Torres Infante, Director de la Corporación Llanquihue, quien tuvo a su cargo la edición de este primer número; y los trabajos autoría de las siguientes investigadores: Claudio Rojas Monsalves, José Mansilla-Utchal Almonacid, Rudy Carrasco Pacheco, Ramón Munson Vera. La portada es un diseño de Rubén Torres Infante y la diagramación de Adrián Pérez Maldonado.