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miércoles, febrero 06, 2008

COMBATE DE ABTAO


EL COMBATE DE ABTAO – LOS PARTES DE GUERRA - 1

PARTE DEL JEFE DE LA DIVISION PERUANA

Comandancia General de la División Naval del Perú
Apostadero de Chayahue
Febrero 10 de 1866
Señor Secretario de Estado en el Despacho de Guerra y Marina
S.S.

Hallándose fondeado en este Apostadero el 7 del corriente la Escuadra Aliada que se hallaba a mis órdenes, compuesta de la Fragata Apurimac”, Corbetas “América” y “Unión por parte del Perú y Vapor Covadonga por la de Chile, tuve conocimiento a las 10 h (A.M.) que se encontraban en los canales vecinos dos buques a vapor, que según toda probabilidad pertenecían a la Escuadra Española.

Inmediatamente dicté las órdenes convenientes a fin de que se formase una línea de combate cerrada, sobre anclas y espías, de modo que dominase las tres vocas formados por la punta Norte de la Isla de “Abtao” con el continente, únicos lugares por donde se puede penetrar a este apostadero; también mandé alistar a la vez las máquinas de todos los buques, inclusive la de la fragata, no obstante de no poder funcionar con ella, según informes de los maquinistas, a causa de la avería de que ya debe V. S. estar impuesto. Nos mantuvimos a son de combate estableciendo vijías en los lugares más apropósito a fin de que dieran aviso si se aproximaba el enemigo. En efecto i a las 2 hrs 30 m (P.M.) se pudo ver claramente las dos columnas de humo por encima de la Isla de “Abtao” que indicaban la entrada de los buques por el canal del Este de dicha Isla que es el mas ancho.

A las 3hrs 30m desembocó por el indicado canal la fragata española Blanca, seguida de cerca por la Villa de Madrid y estando a distancia de mil quinientos metros aproximadamente de nuestra línea rompió la fragata de mi mando sus fuegos sobre ellas acompañándolas los demás buques; fuegos que fueron contestados de un modo vivísimo por el enemigo no pudiendo este forzar nuestra resistencia y obligado quizás por las averías que le causamos, fue a ocultarse en una ensenada situada al N de nuestra línea, desde donde continuó el fuego por elevación. En esta posición si se hubiese podido mover la “Apurimac”, habríamos salido en línea de batalla a cortarle la retirada y probablemente el éxito hubiera sido completo.

Poco tiempo después salieron de la ensenada las dos fragatas, retirándose lentamente del lugar de combate sin dejar de presentar sus costados, que durante el trayecto visible no cesaron sus fuegos sobre nuestra línea, los que vigorosamente contestadas los hicieron alejarse hasta ponerse a cubierto de nuestros tiros detrás de la punta N de la Isla de “Abtao”, que es la mas elevada. El enemigo continuó su retirada hasta perderse de vista, entonces cesó el combate, que había durado sin interrumpirse dos horas en las que se hicieron de uno y otro lado mil quinientos tiros mas o menos.

Las averías sufridas por nuestra parte son las siguientes: La “Apurimac” recibió tres balas en su casco sobre la línea de flotación, una bomba destrozó su primer bote que estaba amarrado a popa y otra que rompió un viento de la chimenea.

La “América” recibió cuatro balas en su casco, y dos más que pasaron por alto cortando el obenque principal del palo mayor y algunos cabos de maniobra.

La “Unión” tres; una que entró por una parte matando dos sirvientes del tercer cañón, averiando además la caja de aire de la chimenea y otras dos que cayeron en amabas aletas.

El “Covadonga” recibió igualmente daños de los cuales no tengo conocimiento oficial; pero si he podido ver un balazo en el centro de su costado a babor y también puedo asegurar que no ha tenido perdida en su dotación.

Nuestras averías hubieran sido mucho mayores a ser más diestros los artilleros españoles.

Demás sería hacer a V. S. particular mención de los Jefes, Oficiales, Tripulaciones y Guarniciones que estuvieron presentes en este hecho de armas. Ampliamente satisfecho estoi del honor, entusiasmo y orden que todos desplegaron, inclusive los Jefes y Oficiales que estaban destinados a la fragata “Amazonas” y los que sin pertenecer a las dotaciones, tomaron parte en tan fausto acontecimiento, como también unos cuarenta hombres de la Brigada Naval de Valparaíso y treinta de Infantería de Marina, que fueron embarcados a última hora para cubrir las plazas vacantes.

Como no se supiese después del combate el rumbo que siguieron las fuerzas enemigas y próxima ya la noche, careciendo de prácticos nuestros buques no era posible que las corbetas saliesen en persecución de ellas, por lo que ordené que embarcaciones de ronda fueran a estudiar la posición que tenían; pero estas no encontraron sino despojos de las fragatas “Villa de Madrid” y “Blanca”, tales como el figuron de una de ellas hechas pedazos, fragmentos de costados, atacadores, lanadas, gorras de marineros, etc.

A pesar de hallarnos convencidos de las serias averías que sufriera la flotilla Española y del poco temor que pudiera inspirarnos un nuevo asalto después de haberlos rechazado tan gloriosamente, mantuve las fuerzas de mi mando en permanente son de combate hasta el día 9 que entró la corbeta chilena “Esmeralda” cuyo comandante es el actual Jefe de las fuerzas combinadas y a quien impuse de lo sucedido.

Todo lo que me es grato participar a V. S. en cumplimiento de mi deber.
Dios Guarde a V. S.
S. S.

Firmado Manuel Villar

Es copia

Primer ayudante encargado de la Secretaria

fdo. Juan G. More

Está conforme con el original que obre en la Secretaría de mi cargo y a la cual me remito en caso necesario.
A bordo de la Corbeta Esmeralda Punta Arenas .
Febrero 14 de 1866
R. Oportus

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