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jueves, julio 13, 2006

MONTE VERDE

Por Pablo Katz
Biólogo Marino


RECREACION DEL SITIO MONTEVERDE. Tomado de:TOM D. DILLEHAY: MONTE VERDE. UN ASENTAMIENTO HUMANO DEL PLEISTOCENO TARDIO EN EL SUR DE CHILE

(La Coloración Arbitraria es nuestra. C. de C)


Bajo un cielo en constante amenaza y en una época donde las catástrofes naturales remataban la obra creadora de la última era glacial, un grupo de cazadores recolectores; inimaginables en su apariencia pero capaces de caminar grandes distancias, detuvo su silente paso y levantó un rudimentario campamento en medio de un remoto bosque inextinguible. Allí pudieron establecerse, descansar y recuperarse de las heridas tras perseguir gigantescas bestias. A lo mejor rieron mientras comían carne en abundancia y nadie sabe si alguno de estos hermanos sintió en el ocaso sur austral un extraño sentimiento de trascendencia, en el tiempo milenario.

Por supuesto que sin saberlo y buscando supervivencia, a la orilla de un helado río, después llamado Chinchihuapi, fundaban los cimientos de nuestra verdadera nacionalidad y perfilaban la vocación de un destino americano. Estos hombres del bosque no reconocieron los textos tradicionales de historia y obligaron a rescribir todo lo que se creía saber respecto del poblamiento sudamericano. Son el primer vestigio del ser humano en esta lluviosa tierra sureña, cuando el hielo glacial estaba muy cerca y los grandes cataclismos sumados a fuertes erupciones volcánicas modelaban el sur austral, tal como lo conocemos hoy en día. Compartimos con ellos el mismo sol y la misma luna, en lenguas pretéritas posiblemente también se quejaron del exceso de lluvia o la escasez de comida. Un ya lejano día dominaron el bosque húmedo, se alimentaron de él, conocieron sus remedios, viajaron, vivieron y finalmente murieron en su entorno. Humanos como nosotros, soñaron con un mañana mejor.

Se perdieron en la noche de los tiempos, no se sabe si huyendo de algún cataclismo o algún terrible enemigo. El fuego del fogón se extinguió lentamente. Uno de los pequeños pisó en el barro que luego cubriría la arena y pasaron 12500 años (¡Ciento veinticinco siglos, nada menos!) para que, gracias al azar, la turba anóxica, la perspicacia de la lugareña familia Barría y la constancia científica del antropólogo Tom Dillehay, se descubriera comprobadamente su aún misterioso paso por el mundo. El tiempo pareció haberse detenido para que este lugar tuviese su historia. En pleno sur de Chile, Monteverde es ese extraordinario espacio singular. Los alimentos, herramientas, cordeles con nudos ballestrinque incluidos y demás restos que allí se encontraron son el invaluable recuerdo ancestral, que nos distingue como región.


La tribu eligió donde erigir su primigenia obra colonizadora. Mediante estacas y pieles levantaron sus tiendas. Sus huellas y vestigios hoy se guardan bajo normas y condiciones seguras de importante evidencia científica. Ese entorno y el poder apreciar los restos, o sus replicas, exactamente donde lo hallaron los investigadores constituyen un privilegio en el cual, con el derecho de habitante sureño actual, se debe insistir. Ellos mismos, los monteverdinos, seguirán defendiendo su existencia que ya tuvo un noble sentido al explicarnos su mundo, de bosques y glaciares, tal como ellos lo conocieron. Así esta historia tendrá un comienzo y en eso, se llegue algún día a comprender un final.

martes, julio 11, 2006

LOS PRIMEROS PROFESORES DE CALBUCO

Jose D. Mansilla Almonacid
Historiador
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DE LOS PRECEPTORES

Los preceptores y preceptoras del siglo XIX constituyen un diversificado grupo de personas, en cuanto a edad, formación y desempeño laboral. Y bastante homogéneo en su origen social y en sus condiciones de vida y trabajo.

La percepción social que de él se tiene fue variando al ir obteniendo un saber distinto y aunque no siempre tuvo un respeto social pasó a ser integrante de la burocracia estatal, aunque pobremente retribuido. Ser maestro constituyó con el tiempo una profesión crecientemente respetada y con una cierta autoridad social y moral.

Una de las características que hemos visto en la documentación consultada es que el preceptorado involucra a la familia en la labor docente. El profesor es ayudado por su hijos, o sus hermanos.

Hasta antes de la creación de la Escuela Normal de Preceptores en 1842 los que ejercían de profesores contaban con las mínimas exigencias para ejercer la enseñanza.

Dice Bernardo Suárez al respecto:

“...no era necesario hacer estudios de ninguna clase para dirigir pública y legalmente el corazón y el entendimiento de los niños..”

Hasta 1842 la formación de maestros estuvo en completo abandono, a pesar del interés de los gobiernos republicanos por la educación primaria. Ese año se dio el gran salto hacia la formación sistemática de la juventud chilena.

Considerando que:

“...la instrucción primaria es la base en que deben cimentarse la mejora de las costumbres y todo progreso intelectual, sólido y verdadero... se establecerá en Santiago una Escuela Normal de enseñanza e instrucción de las personas que han de dirigir las escuelas primarias en toda la extensión de la República”

Los requisitos de ingreso fueron mínimos: tener 18 años, saber leer y escribir, tener buena conducta, decidida aplicación y pertenecer a una familia honrada. El gobierno destinó una beca de $ 100 aplicada a comida y vestuario. La escuela funcionaba con régimen de internado y había cupos para dos alumnos por provincia, los cuales eran seleccionados por el visitador y el Intendente. Una vez terminados los cursos, los beneficiados debían volver a ejercer su profesión en la provincia respectiva.

La importancia de la educación en las provincias se puede relacionar con la tarea de reforzar la identidad de nación. En otras palabras en la ocupación “moral” del territorio por la elite dominante.

Es a través de la escuela, de la acción del profesor, donde en el siglo XIX, el discurso de nación, respeto a la institución, normacion de conductas, el Estado interviene, “se mete” al interior de las familias regulando y normalizando patrones de conducta.

El proceso de profesionalización de los maestros fue la condición necesaria para la eficiencia de la práctica pedagógica y al mismo tiempo garantía de control de una sociedad excluyente donde que el maestro pasó a convertirse en agente socializador y civilizador. Es a través de la escuela donde el valor de nación penetró en la sociedad chilena.

ELENCO DE PROFESORES

Esta lista de los profesores de la provincia de Llanquihue 1850-1860 es provisional, no ahondaremos en las actuaciones que tuvieron con posterioridad a esta fecha.

-Juan Toribio Adriazola. Normalista. Fue nombrado el 04.04.1851 Primer profesor titulado en la Escuela Normal que ejerció en la provincia. En 1854 ejercía en la escuela de Calbuco. Fue pionero en la enseñanza del canto llano en esta región.

-Benigno Alvarado. Profesor particular. Tenía una escuela en Alfaro en 1853

-Cayetano Almonacid. Profesor particular. Tenía una escuela particular en Quetrulauquen en 1853

-Hipólito Almonacid. Profesor particular. Enseñaba a los jóvenes en su casa de San Agustín. Estos tres maestros eran considerados los mejores y el Estado colaboraba con ellos.

-Ramón Añazco, Ayudante en la escuela de Maullin en 1858

-Joaquín Diaz. Profesor de Maullin. Recibió su nombramiento el 14.01.1853

-Pedro José Díaz. Normalista ejerce en Calbuco en 1858

-Margarita Díaz. Profesora de la escuela de niñas en Maullin en 1855

-Candelaria Mansilla. Profesora particular. De avanzada edad, en 1861 es propuesta como profesora de la escuela de niñas de Puerto Montt.

-Andrea Martínez. Profesora de la Escuela de Calbuco 1855-58. Recibio su nombramiento el 21.07.1854

-Pedro Morales. Profesor en Carelmapu en 1853. Recibió su nombramiento el 13.01.1849

-Tránsito Muñoz. 1855 Profesora en la escuela de niñas de Calbuco

-Pedro Santos Altamirano. Normalista, ejerce en Maullin en 1858

-Ramón de la Sierra. En 1854 llevaba 14 años enseñando en Máchil. Hay una escuela particular en ese lugar desde 1840

-José Marcos Vargas. Profesor particular en escuela de Chuyaquen 1853

-Juan de Dios Yánez. En 1855 y 58 enseñaba en Máchil Recibio su nombramiento 02.01.1855

LOS VISITADORES DE ESCUELAS

La figura del Visitador de Escuelas, una especie de Inspector de la educación primaria tiene importancia porque es el instrumento para operacionar las políticas educativas y es el nexo, el único diría yo, entre la práctica educativa cotidiana y el gobierno central.

El visitador ejerce el poder desde la autoridad central, en su accionar se cruzan los elementos de control, de modelado, de promoción y administración de la educación. Su participación tiene que ver con la creación de escuelas, nombramiento y exoneración de profesores, asignación de recursos, etc.

El oficio data de 1847; generalmente era un profesor egresado de la escuela Normal y ejercía en cada provincia.

Ellos emprendieron con empeño la reivindicación de la educación primaria y que esta ocupara un espacio en las preocupaciones de las autoridades locales y la comunidad. Fueron verdaderos cruzados de la educación, impregnados con una verdadera mística misionera

El primer Visitador en la región es el sacerdote español Miguel Sevilla, canónigo de Ancud, llevaba 16 años enseñando, aparece con este cargo en 18.02.1855 en la entrega de premios a los estudiantes de Ancud. Fiesta de la Cultura que propiciaba el antiguo tercio de Napoleón el Intendente Rondizzoni. En octubre de 1856 Sevilla está en Santiago

El 24.10.1857 es nombrado Visitador de las Escuelas de Chiloé Arístides Ambrosoli, un italiano avecindado en Chile. Tuvo una participación destacada y decisiva en el territorio de colonización para la consolidación del incipiente sistema escolar. Solicitó autorización para pasar a Santiago a curarse de una enfermedad. Producto de su amistad con Del Río, fue nombrado Visitador en el Maule, donde lo encontramos abogando por la supresión del castigo físico en las escuelas. Todo un pionero. En 1862 escribió Organización de las Escuelas Primarias Posteriormente regresó a Italia. Sus paisanos le hicieron justicia en 1921 honrándolo en El Progreso Italiano en Chile.

Le sucedieron en el cargo a partir de 1863 Domingo de Solar, Ceferino Vallejos, Guillermo Gallardo, Honorio Rojas, Darío García.

LA DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO EN LAS ESCUELAS

Finalmente expondremos como funcionaba la Escuela de la Provincia en este período, ¿qué se enseñaba?, la distribución del horario y las reglas de urbanidad.

Los ramos que se enseñaban eran: lectura, escritura, aritmética, jeografia, gramática castellana y catecismo religioso. Los textos de instrucción eran: para lectura Silabario, La Vida de Jesucristo y las Horas Serias de un Joven, Aritmética de Bustos, Catecismo de Benítez, Gramática de Reyes y para la Geografía el Compendio adoptado por el Gobierno.

El avance de los alumnos se medía como: Deletreando y Silabeando, Escribiendo, Decorando. En Aritmética, Catecismo. Esta nomenclatura se perfecciono y hacia 1858 los alumnos decoran, silaban, conocen las letras, escriben en letra chica, en abecedario minúsculo, en los principios sistemáticos, en aritmética: reglas generales, las primeras operaciones, escribir cantidades; en geografía se estudiaban los continentes; en gramática, analogía; dibujo lineal y finalmente catecismo religioso.

En 1853 el Visitador Suarez, como no existía un reglamento para las escuelas fiscales estableció uno para las escuelas de Chiloe y los departamentos de Carelmapu y Calbuco:

Capitulo Único

Art. 1º.- Atendiendo a varias circunstancias, habrá dos asistencias a la escuela. La primera principiará en todo tiempo desde las 8 de la mañana hasta las 11 de id., la segunda desde la una de la tarde en invierno hasta las 4 de id; i en verano desde las 2 hasta las 5 de la tarde.
Art. 2º.- Toda distribución se anunciará con un toque de campanilla, i cuando sea necesario que los alumnos salgan de sus respectivos asientos, lo haran formados en orden i silencio.
Art. 3º.- A principiar los ejercicios de enseñanza, tanto por la mañana como por la tarde, los alumnos, puestos de pie, rezarán en alta voz el himno al Espiritu Santo. En seguida se revisará el aseo, cuidando de cada uno tenga la cara i manos limpias, el pelo peinado, las uñas cortadas i el vestido sin roturas ni descosiduras. En la ultima hora de mañana i tarde se pasará lista jeneral.
Art. 4º.- En los dias lunes, martes, miercoles i viernes se consagrará la primera hora de mañana i tarde a la clase de lectura; la segunda a la escritura, i la tercera a la aritmetica.
Art. 5º.- Los dias jueves i sabados de cada semana se distribuirán del modo siguiente. La primera hora de la mañana del jueves se empleara en lectura, la segunda en asistir a la iglesia i oir misa, la tercera en dibujo lineal i jeografia, i media hora en lecciones orales de moral i urbanidad, debiendo salir los alumnos a la 11 i media de la mañana. La tarde de ese dia es libre de ejercicios escolares.
La distribución de la mañana del sábado será lo mismo que la de los demas dias; en la tarde habrá una hora de lectura, una hora de catecismo relijioso, esplicando verbalmente al preceptor, una hora de jeografia i dibujo lineal, i media hora se consagrara esclusivamente a enseñar, a los alumnos los rezos cristianos; i las oraciones de la misa. Esto se hará por un monitor, quien (con una cartilla o caton) rezara en voz alta repetidas veces formando coro con los alumnos, las oraciones mencionadas.
Art. 6º.- Se encarga a los preceptores la puntual observancia de esta distribucion
José Bernardo Suarez
Visitador General de Escuelas.

CONCLUSIONES

Para concluir diremos que la escuela fue el lugar donde la clase dirigente pretendió encontrarse con las clases populares. Habiéndose apropiado del aparato estatal, buscó legitimar su modelo relacionando a través del espacio institucional de la escuela a las familias con el Estado.

En esta relación intervienen como representantes del Estado, las autoridades provinciales y departamentales y los visitadores y maestros. La escuela como elemento civilizador, vehículo de homogeneización cultural sobre la población, fue un espacio que siempre fue controlado por el poder central, subordinando todas las iniciativas locales. Este control central permitió ocupar moralmente el territorio. El proceso educativo fue clave para formar la nación. La Patria del siglo XIX y parte del siglo XX la hicieron los profesores chilenos.

lunes, julio 10, 2006

LOS PRIMEROS PASOS HACIA LA ESCUELA EN CALBUCO

Jose D. Mansilla Almonacid
Historiador


foto: Inauguración del Grupo Escolar 1955

Nuestros trabajos sobre Calbuco Histórico nos conducen por diversas aristas para configurar su pasado.
Indagando sobre el tema de la Educación hemos separado estas notas que ya dimos a conocer en el II Congreso de Historia de Puerto Montt en 2004, y que publicamos porque pueden ser de interés para nuestros queridos profesores
. El Autor



LA EDUCACION EN EL MUNDO

La Historia de la Educación, el seguimiento del proceso educativo, este gran proceso a través del cual la humanidad se elabora a si misma, en la transmisión y aprendizaje de habilidades manuales, nociones teóricas de un oficio o el aprendizaje de técnicas culturales, tiene sus testimonios desde la mas remota antigüedad en todos los aspectos de la civilización; que se vinculan a los temas mas generales de la historia de la humanidad a través de un proceso sociabilizador que inserta cada adolescente en el conjunto de la sociedad adulta. Este aprendizaje dice relación con el trabajo y con el desarrollo de las fuerzas productivas y, también con el desarrollo de las relaciones sociales en que estas fuerzas productivas se organizan.

La educación no está ausente en ningún momento de la historia de la humanidad. En toda sociedad, aún las más primitivas el hombre se educa. En las sociedades primitivas, como eran las de nuestros antepasados precolombinos, el proceso educativo es breve, simple y natural. Aunque nadie tuviera idea del esfuerzo educativo, que en forma espontánea la rudimentaria sociedad realizaba en cada momento, la educación existía de hecho.

Los antiguos habitantes del sur de Chile constituían a la llegada del conquistador español, -hasta donde sabemos- pueblos ágrafos o sea no conocían la escritura ni la lectura. Grabadas en las rocas o pinturas rupestres en cavernas de edad no comprobada han quedado antiguas manifestaciones que están más asociadas a ritos mágicos o a la representación de creencias muy vitales.

La escritura y la lectura, y las instituciones donde se enseñaban estos rudimentos vinieron junto con el conquistador español.

EL CASO DE CHILOÉ.

Los orígenes de la enseñanza en la región se remontan al siglo XVII, y se debe a la acción de los misioneros jesuítas. Fue en la ciudad de Castro donde en 1662 se fundó el primer colegio. Su primer rector fue el sabio, lingüista y explorador Nicolás Mascardi.

También existieron pequeñas escuelas en Achao, Caylín y Chonchi, ya que cada misión jesuíta era un centro cultural. Sin embargo una vez expulsados los jesuítas en 1767 los colegios quedaron abandonados.

Otra huella pedagógica en la región se encuentra en 1779, cuando Tomas de Loayza, soldado en Chacao, eleva un memorial al coronel de la guarnición explicando que fue destinado por el gobernador Garreton en el puerto de San Carlos de Ancud para “hacerse maestro de la juventud”, por el desconocimiento de la doctrina católica que tenían los niños de ese lugar. Por este documento, sabemos que funcionó una escuela en Ancud desde 1772 a 1778.

En 1783, se proveyendo desde Lima la erección de tres escuelas en los curatos de Castro, San Carlos y Chacao, dotadas con 100 pesos. Vista esta resolución el 1º de julio de 1785 el gobernado Martínez de la Espada creó una escuela, encomendado a Francisco Javier Martel, vecino del puerto y dueño del potrero Coyhuin, como preceptor de la misma. Hacia 1787 los pagos seguían en tramite. Loayza había muerto y Martel se hacía cargo del papel, plumas, tintas y cartillas y libros para la marcha de su establecimiento.

Ese año la Junta de Aplicaciones de Lima insistía en la creación de Escuelas en Castro, Chacao y Calbuco. Se desconoce el detalle de la instalación de las escuelas de Chacao, Calbuco y Castro, pero existe un testimonio del funcionamiento de esta ultima en 1807. Es un edicto suscrito en Castro el 21.07.1807 por el preceptor de letras don Mariano Félix de Arrizaga que promulga en doce puntos diversos detalles de la conducta escolar.

Entre 1772 y 1783, enseña las primeras letras en Ancud Tomás de Loayza. En 1786 se crean 3 escuelas del Rey. La de Ancud comienza a funcionar el 1º.7. 1786. En Castro funciona la escuela en 1807, y su plantel “estaba compuesto por un P. Rector, un preceptor, un bedel y cuatro celadores. Funcionaba en el antiguo colegio jesuíta, que fue refaccionado, la enseñanza era gratuita y se impartía tanto para españoles como indios”.

LA POLITICA EDUCACIONAL CHILENA EN EL SIGLO XIX.
ETAPA INICIAL 1810-1830

En la incipiente conciencia de nacionalidad que movió a los hombres que libertaron a Chile de la tutela española, estuvieron siempre conjugadas las ideas de independencia política, progreso social y educación nacional. El punto de partida para la difusión de la enseñanza lo dá ese egregio patriota que fué don Juan Egaña, quien a los pocos días de la instalación de la Primera Junta Nacional de Gobierno presentó un plan de sugerencias al Conde de la Conquista entre cuyos propósitos estaba el desarrollo de la educación. Inspirado en el doctrinarismo francés, el Primer Congreso Nacional en 1811 estableció la filosofía empeñada en materia de educación, manifestando que

“la soberanía del Estado se afincaba en el “pacto social”,
siendo una de las primeras obligaciones de este,
“cuidar de la educación e instrucción publica”.

En el período comprendido entre 1810-1830, cuando la inestable república luchaba por su organización, los gobiernos no abandonaron su preocupación por la enseñanza, siendo este un período de inicio y de dificil desarrollo. En 1812 José Miguel Carrera exigió a los cabildos y conventos la apertura de escuelas primarias, tanto de varones como de niñas.

El fundamento para la misión educacional del Estado está dado por el decreto del 18.6.1813 sancionado por la Junta Suprema de Chile que ordenaba que

“en toda ciudad, toda villa y todo pueblo que contenga cincuenta vecinos, debe haber una escuela de primeras letras costeada por los propios del lugar o por el jefe de la provincia”.

En este Reglamento para los Maestros de Primeras Letras se disponía la gratuidad de la enseñanza y de los textos y útiles escolares.. Reglamentaba la profesión de maestro. Dice el decreto:

“por la importancia de su ministerio y por el servicio que hacen a la Patria, los maestros deben ser mirados con toda consideración y honor”.

El decreto encomendaba al Cabildo la supervisión de la enseñanza a través de un “protector de escuelas”.

La revolución de la Independencia conmovió al naciente país durante 8 años vividos en permanente sobresalto y alteración. Los intentos por organizar al país fueron complejos y difíciles. Triunfante la causa independista no solamente significó la instauración de un nuevo régimen político, sino que debió proyectarse en una lucha sostenida para modificar hábitos e instituciones profundamente arraigadas,

LA INCORPORACIÓN DE CHILOÉ A CHILE REPUBLICANO

Un importante acontecimiento, determinante en el destino regional, ocurre en este periodo: El vasto territorio, con los imprecisos limites de Los Llanos por el norte es ocupado por el gobierno chileno junto con la anexión de Chiloé insular. En este territorio continental que despues configuraría la provincia de Llanquihue existen los poblados de Calbuco, Carelmapu, Maullín, donde en las postrimerías del dominio español se hizo sentir la mano diligente del ultimo de los gobernadores del rey, Quintanilla; quien huérfano de toda ayuda exterior, logró mantener un elevado nivel de la enseñanza primaria Anexado Chiloé a Chile Republicano, en 1826, fue nombrado intendente provincial don Santiago Aldunate, quién junto a su secretario; Daniel Forelius –un exiliado sueco- inició un vasto plan educativo primario.

Según el censo levantado por la Intendencia en 1827 existen en Chiloe 7 604 niños de 7 a 15 años y asisten a la escuela 3 511. Un año más tarde la población escolar era de 4 606 alumnos. En términos cuantitativos recibían instrucción primaria el 50% de los niños mientras en Santiago la población escolar era de solo un 10 %. Esto solo era posible gracias a que un gran porcentaje de personas sabía leer y escribir, producto del legado colonial. La superioridad nacional de Chiloé se mantuvo por decenas de años

“llevando a Andrés Bello a decir ¿Quién creería encontrar en el grado superior de esta escala a la provincia de Chiloé”

De esa época data la primera escuela de la futura provincia de Llanquihue, establecida en Calbuco por Aldunate. En nota al Cabildo de Calbuco del 26.2.1829 señala:´

“Siendo la Educación Pública la primera atención de todo magistrado, tan recomendada por la Constitución particularmente a las Municipalidades...a fin de conseguir...el planteamiento y mantenimiento de escuelas de primeras letras en todas las capillas. Sabiendo que en la cabecera de ese partido no existe escuela ninguna y figurándome que [es] solo por falta de maestro,... deseando proporcionar una persona que tenga aptitudes para hacerse cargo de la escuela de esa capilla del fuerte, he buscado a un joven... llamado Anastasio Mansilla que ha convenido marchar allí con el objeto indicado”...

FUNDACION DE MELIPULLI E INICIOS DE LA ACTIVIDAD ESCOLAR.

El 28 de noviembre de 1852 arriban a Melipulli los colonos alemanes venidos desde Hamburgo y se instalan provisoriamente en el lugarejo llamado Cayenel, luego se inició la entrega de los terrenos en el sector del lago Llanquihue.

El puerto de Melipulli, donde se iniciaron los primeros trabajos coloniales “fue designado como centro y punto de partida permanente para las operaciones subsiguientes”. El 27 de junio de 1853 el área fue declarada “territorio de colonización” y el agente de colonización adquirió el rango de Intendente.

En 1861 la colonia había alcanzado importancia y el puerto se había convertido en tan próspera villa, que el territorio se elevó a la categoría de provincia, agregándosele los departamentos de Carelmapu y Osorno que dependían de Chiloé y Valdivia respectivamente. Como ciudad capital de la provincia se designó a Puerto Montt.

Coetáneamente de fundarse Puerto Montt y creación de la provincia de Llanquihue, Chile estaba en camino de consolidar una estructura educacional en el entorno primario.

Tenemos antecedentes sobre el estado de la educación en la futura provincia a comienzos de 1854. En diciembre de 1853 arriba a Chiloé el Inspector General de las Escuelas, Jose Bernardo Suárez, quién visitó todos los departamentos dejando testimonio de las escuelas, maestros y alumnos de la provincia. Además su viaje trajo marraqueta bajo el brazo, porque como consecuencia de su visita se mejoraron las remuneraciones de los preceptores de la provincia.
Acerca del departamento de Calbuco relata que

“Cuenta con mayor número de escuelas, i donde la instrucción primaria es distribuida a mayor número de personas. De cada 10 individuos 1 va a la escuela. Este resultado, que puede mirarse como exacto, hace mucho honor al departamento de Calbuco, pues a este respecto es el primero no solo de la provincia [Chiloé] sino también de la República”.

Funcionaban en el departamento de Calbuco 23 escuelas, tres fiscales a las que asistían 139 varones y 27 niñas, y 20 escuelas particulares a las que asistían 589 varones. Se destacaban en estas escuelas de particulares las de Alfaro, Quetrulauquen y San Agustín. El Gobierno destinaba $650 anuales para la mantención de las escuelas. En el departamento de Carelmapu funcionaban 2 escuelas fiscales y 5 particulares con una asistencia de 233 alumnos. Uno de los establecimientos particulares atendía a los niños de Chuyaquen.

El gran educador, mentor de Arturo Prat, que recorrió Calbuco, Maullín y Carelmapu acompañado de Jose Rondizzoni, veterano de Waterloo e Intendente de Chiloé comenta:

“No me imaginaba que en una provincia tan distante i sobre la cual hai ideas tan poco favorables en la capital respecto de su instrucción, hubiese escuelas como las que me he encontrado”

Otro antecedente del estado educacional en la decáda del cincuenta es señalado por el informe del Visitador de Escuelas de la Provincia de Chiloé Arístides Ambrosoli quien dá cuenta de escuelas, profesores y alumnos en marzo de 1858. Funcionaban en el departamento de Carelmapu las escuelas fiscales de varones: Carelmapu 38 alumnos, Maullin 64 alumnos, Calbuco 89 alumnos, Máchil 86 alumnos. De mujeres: Maullin 24 alumnas, Calbuco 26 alumnas.